¿Puede un cristiano ser poseído por un demonio?


¿Puede un cristiano ser poseído por un demonio?

Autor: Paulo Arieu

Introducción: Avance de la influencia de las sectas satánicas

En España, (y también en Latinoamérica), las sectas satánicas en esconden en el más absoluto secretismo. Es difícil catalogar cuántas hay y con cuantos miembros cuentan. Procuraré dar una respuesta al tema de «las dolencias ocultas» relacionadas con los cristianos,  no solo desde la teología bíblica, sino también desde la respuesta pastoral actual, citando incluso los avances contemporáneos de la ciencia neuropsiquiátrica.

Manuel Guerra, sacerdote y autor del “Diccionario enciclopédico de las sectas” explicó que a fecha de hoy, se han contabilizado en España, “164 sectas demoníacas. Pero estoy convenido de que bastantes de ellas ya no existen y no pocas han cambiado de nombre, aunque habrán brotado otras, tal vez en número no menor que las extinguidas”, reconoce el padre Guerra, quien es uno de los mayores expertos en sectas satánicas en España, pero reconoce que “los datos son precarios, insuficientes, deficientes, no fácilmente cotejables”, pues “actúan entre tinieblas”, son grupos secretos. Sin embargo, aunque no se tiene un estudio estadístico para probar en totalidad cuántas son, Guerra asegura que el mayor número de sectas son “sin duda, Barcelona y su entorno, la costa mediterránea, los archipiélagos balear y canario y Madrid”, explica.

Algunos creen que se puede estar endemoniado y ser cristiano. Que negar esta posibilidad es ser ignorante del mundo espiritual.La verdad que hay que no conocemos mucho del  mundo espiritual porque no andamos paseando por esos lugares comúnmente.La posesión demoníaca y la influencia son dos temas totalmente diferentes en su concepto espiritual. Cuando los demonios poseen a los inconversos crean en ellos males con características físicas, mentales,morales,etc

En los evangelios, se registran numerosas ocasiones en las que los demonios se posesionaban de la gente (Mateo 8:16,28 en ad.; 9:32-33; 12:24; 15:22; 17:18; etc.) En estos incidentes, y muchos otros, la manifestación de posesión demoníaca involucraba algunas enfermedades físicas (mudez, epilepsia, ceguera, y algunas veces una fuerza sobrenatural). Ellos también entraron en los cerdos antes de que se precipitaran por un despeñadero y se ahogaran en el mar, en Mateo 8:28 en adelante.

Contra todos estos problemas, Cristo se enfrentó a ellos para devolverles a las personas su sanidad y liberación total de los demonios. Si un cristiano puede ser poseído o no, la respuesta es simplemente un no; pero si puede el creyente tener influencia demoníaca,como en el caso de Pedro, cuando Jesús le dijo: ¡¡¡Apártate de mi Satanás¡¡¡.. Pero en el caso de judas, es totalmente diferente,porque la Biblia dice que Satanás entró en el para hacer la traición. Judas nunca fue un creyente verdadero. El fue un falso discípulo de Jesús. El Señor dice de estas personas que salieron de nosotros pero no eran de nosotros, como dijo el apóstol Juan.Lo mismo sucedió con Ananías y Safira,ambos permitieron que Satanás influenciara en ellos para mentir y quedarse con cierta cantidad de dinero;Este matrimonio. Este matrimonio nunca se convirtió, estaban convencidos pero no convertidos.

El cuerpo del verdadero cristiano es el templo del Espíritu Santo, POR el cual y CON el cual somos sellados para el día de la redención, cuando creemos. Satanás y sus demonios no pueden habitar en el mismo lugar con El.

La habitación del Espíritu Santo en nuestros cuerpos, no tiene características posesivas ni que obliguen o esclavicen al hombre a proceder de cierta manera ( como lo es la demoníaca). El Espíritu Santo es gentil, permanente, no se equivoca, no obliga ni sugiere sino que aconseja. El nos redarguye de pecado, pero es nuestra decisión la de no cometerlo, tanto así, que aunque la palabra no dice que el se vaya de nosotros; si nos revela que este si puede ser contristado, apagado, etc.

Satanás sabe esto muy bien, pero también él sabe, ( y a veces nosotros lo desconocemos ), que nuestra mente, conciencia, y razonamientos, siguen siendo humanos y carnales, y si no hemos hecho una firme decisión de someterlos por completo a la palabra de Dios = amar la verdad de Dios; ese es el campo donde el enemigo irá a trabajar.

Los conceptos, orden y establecimientos divinos no son meras sugerencias de Dios, son rocas solidas sobre las cuales pararnos en momentos de tempestad espiritual. El desconocimiento o la falta de aceptación a estos, es lo que permite que incluso algunos cristianos hablen de posesión demoníaca y/o crean y hasta actúen como si así lo fuera ( Claro… en su mente es que así lo creen ).

Tenemos la mente de Cristo

La Biblia nos dice que los Hijos de Dios, ahora tenemos la mente de Cristo. La mente del cristiano debe ser la de Cristo y así impediremos todo intento de confusión del enemigo. En el principio era Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. En el pasado remoto, de su propia voluntad, decidió crear, traer a la existencia, entidades celestiales y entidades terrenales. Jehová Dios es el creador de todo lo que existe en la esfera celestial así como en la terrenal. Todo le pertenece y es sustentado por Él. Dios tiene control de todo lo que sucede en su creación.

El mundo espiritual

Del mundo espiritual y de las entidades celestiales conocemos muy poco. La Biblia, el Manual del Creador, menciona y describe a varias de estas entidades: ángeles, arcángeles, serafines y querubines. Debemos entender que la Biblia no es un libro sobre entidades celestiales aunque todo lo que menciona sobre ellas es correcto. Ella establece que el querubín más grande, Lucifer, se engañó a sí mismo y se rebeló contra Dios. Incluso engañó una gran cantidad de ángeles que también se rebelaron contra Dios y a partir del momento de la rebelión se les llama ángeles caídos o demonios. Al líder de la rebelión se le llama príncipe de las tinieblas, diablo y Satanás.

Hay que notar tres cosas acerca de los demonios:

  • (1) Los demonios no tienen poder sobre ninguna cosa que Dios no permita; esto es, Satanás (y sus huestes de ángeles caídos) son como perros salvajes sujetados con correas y es Dios quien las sujeta. Ellos pueden hacer solo lo que Él les permite (Job 1:12; Job 2:6; Mat. 8:31-32).
  • (2) Los casos que involucran demonios registrados en la Escritura, son más numerosos que los pocos casos de interacción con gente muerta.
  • (3) Cristo le ha dado a Sus discípulos autoridad sobre los demonios (Mar. 16:17; Luc. 9:1; 10:9).

Todos los rebeldes fueron expulsados de la habitación de Dios y habitan en el espacio interestelar, y al parecer principalmente en la Tierra. El fin de estos ángeles caídos es destruir a la criatura que fue creada a imagen y semejanza de Dios, la unidad hombre – mujer. Por esta razón la Biblia dice que el enemigo de las almas, el diablo, vino a matar, a hurtar y a destruir. Aunque es el príncipe de este siglo, esta autoridad la adquirió de Adam cuando éste desobedeció a Dios en el huerto, no todo le es permitido. Por ejemplo, él quisiera que cada persona no convertida estuviera controlada por uno de sus demonios. Pero Dios no se lo permite. El diablo no puede hacer todo lo que quiere, tampoco sus demonios. O sea, aún las personas inconversas, que son miembros del reino de las tinieblas, son protegidas por el Dios que los creó.

Cuando una persona se convierte, la Biblia dice que inmediatamente es sellada con el Espíritu Santo de la promesa. En otras palabras, que a partir de ese momento el Espíritu Santo hace de la persona su habitación. El Espíritu morará en el interior de la persona hasta que Cristo venga. Él es la señal de que Dios guarda al creyente y que éste no puede ser tocado por el diablo. La Biblia es bien clara, el diablo no puede tocar a un creyente que ha nacido de Dios, esto es, tiene al Espíritu Santo.

No debemos dejarnos fascinar por el mundo de los espíritus, sino por Dios y Su impresionante carácter y atributos (Sal. 27:4; Sal. 73:25). Y si en el curso de nuestro servicio a Cristo y nuestra dependencia de Él, encontramos manifestaciones de posesión demoníaca o actividad demoníaca, solo necesitamos volvernos a Él en una simple oración llena de fe, confiando en Su Palabra y Su Espíritu Santo para que obre de la manera que Él decida. De hecho, esta es la manera cómo debemos enfrentar la vida cuando NO hay manifestaciones evidentes de involucramiento demoníaco, porque con frecuencia Satanás hace su trabajo más frecuente y efectivo en secreto. Jamás hace que su presencia o la de sus demonios sea evidente (2 Cor. 11:13-15).

Las pruebas en el cristiano

Dios puede permitir que el creyente sea tentado, zarandeado e incluso perseguido por el diablo y sus secuaces. Pero como dice la Biblia, si el creyente se viste de toda la armadura de Dios y se mantiene firme, el diablo huirá de él. Hay ocasiones donde Dios permite que los cristianos sean maltratados, atropellados y asesinados por el testimonio de Jesucristo. Sin embargo, ni aún en estas ocasiones vence el enemigo, puesto que estos mártires envían un mensaje muy claro, que están dispuestos a dar su vida por amor a su Señor y Creador.

De manera que, un creyente que es templo del Espíritu Santo no puede ser controlado ni habitado por un espíritu inmundo (demonio). Ellos saben que les está prohibido entrar al templo del Dios viviente. Como dice la escritura “los demonios creen y tiemblan”. Sin embargo, es posible que debido a nuestra falta de consagración apaguemos al Espíritu y comencemos a ser vulnerables a los dardos de fuego del maligno. Esto es, que podamos ser influenciados por el diablo y sus secuaces para hacer cosas que no son conforme a la voluntad de Dios. Como cuando el Señor le tuvo que decir a Pedro “Satanás apártate de mí porque me eres tropiezo”.

Tenemos que caminar con temor y temblor todo el tiempo de nuestra peregrinación en la tierra para que seamos instrumentos de bendición y no de maldición. Aunque no podemos ser poseídos, si podemos ser influenciados para hacer cosas que son contrarias a la voluntad de Dios y que producen heridas profundas en la vida de nuestros hermanos.

El Espíritu Santo tiene el poder para controlarnos y obligarnos a hacer su voluntad. Sin embargo, Él no opera imponiendo su voluntad, Él espera que le obedezcamos por voluntad y deseo propio. El creyente no vive poseído por el Espíritu, el debe vivir dirigido por el Espíritu en todo momento. Esto es lo que la Biblia llama “andar en el Espíritu” y “estar lleno del Espíritu”.

Enfermedades mentales y psiquiátricas

La enfermedad, física o mental, forma parte de los procesos de la finitud. Los datos estadísticos hacen referencia al hecho de que en torno a un veinticinco por ciento de la población ha cursado o cursará alguna psicopatología a lo largo de la vida.

A la hora de afrontar su causalidad, el pensamiento pre científico la asoció a fuerzas externas a la persona que ésta no podía controlar. El caso de las posesiones diabólicas en los tiempos bíblicos es un ejemplo. La creencia en los demonios, propia de las religiones mesopotámicas, influyó mucho en las creencias de los judíos contemporáneos de Jesús. Hoy entendemos que los relatos evangélicos hacen referencia a casos de posesión demoníaca, pero muchos de esos síntomas también pueden ser explicados como una patología de índole psiquiátrica: epilepsia, esquizofrenia, trastornos sociales…

No siempre es necesario, pues, apelar a instancias divinas ni demoníacas para explicar la enfermedad mental. Muchas veces nos hallamos frente a un fatalismo. En muchos casos, la enfermedad ha de ser tratada mediante las terapias psicológicas y psiquiátricas que estas disciplinas han desarrollado. La enfermedad,cuando no es una dolencia relacionada con el ocultismo, es de origen psico-mental, no es un estigma a esconder, y es una situación que quizás, pueda ser superada. Muchos depresivos logran salir adelante, si la esquizofrenia  es leve, también logra muchísimas veces con la ayuda de psicofármacos ser aliviada y controlada.

Tampoco debemos pensar que alguna de estas enfermedades psiquiátricas, es la consecuencia del pecado, como históricamente se había creído cuando la religiosidad impregnaba totalmente la vida de las personas.

Frente a un hombre, ciego de nacimiento, le preguntaron a Jesús quién había pecado: ¿el ciego o sus padres? La respuesta del Maestro de Nazaret fue contundente: ni él ni sus padres. No cabe hurgar en una dimensión moral o religiosa para explicar la etiología de una psicopatología. Esta línea de pensamiento libera tanto al afectado como a su entorno familiar de los sentimientos de culpa que acompañan determinados trastornos como las neurosis, estados depresivos y otras patologías.

En lo referente a la llamada enfermedad mental sería bueno saber la opinión de un entendido en la materia que dice lo siguiente:

«La psicología no es tan sólo una religión que pretende ser una ciencia, es de hecho una falsa religión que procura destruir la religión verdadera… psicoterapia es un nombre que suena científico, moderno, para lo que solía llamarse la «cura de almas»…

Con el declive de la religión y el crecimiento de la ciencia en el siglo dieciocho, la cura de almas (pecadoras), que había sido parte integral de las religiones cristianas, fue denominada cura de mentes (enfermas), y pasó a formar parte integral de la medicina.  Se suele definir a la psiquiatría como la especialidad médica dedicada al estudio, diagnosis y tratamiento de las enfermedades mentales. Esta es una definición inútil y engañosa. La enfermedad mental es un mito… la noción de una persona «teniendo una enfermedad mental» es científicamente coja. Da una aprobación profesional a la racionalización popular — o sea, que los problemas de la vida experimentados y expresados en términos de los llamados síntomas psiquiátricos son básicamente similares a las enfermedades físicas».  (Thomas Szasz, psiquiatra y reconocido escritor)

Avances en el Diagnóstico de Patologías Mentales

La diferencia entre el tratamiento de una enfermedad física específica y el de una enfermedad mental severa que también tiene base orgánica, es la falta de conocimientos sobre esos fundamentos. La comprensión del funcionamiento de los circuitos cerebrales, a la luz de la obtención de imágenes cerebrales e inclusive el descubrimiento de factores genéticos o proteicos que se detecten en sangre, será crucial en el diagnóstico y en el tratamiento de estas enfermedades en un futuro no demasiado lejano. Recién a partir del nuevo siglo se comenzaron a considerar leves indicios de antecedentes familiares o traumáticos como posibles factores de riesgo para llegar a sufrir una enfermedad mental grave. Pero en los próximos años los adelantos tecnológicos y los estudios genéticos y de las proteínas revelarán indicadores sobre sus posibles bases orgánicas y su eventual tratamiento.

Hasta ahora, los trastornos mentales serios se clasifican por sus síntomas, los cuales no son excluyentes de una sola enfermedad sino que también pueden asociarse a otras enfermedades diferentes; debido a que ninguna evidenciaba signos biológicos específicos. Los marcadores biológicos más profundos y precisos ayudarían a realizar un diagnóstico exacto y rápido de la patología y esto haría posible la implementación del tratamiento más adecuado y eficaz.

Actualmente, la esquizofrenia, por ejemplo, todavía se diagnostica con la aparición de un brote psicótico. En el caso de otras patologías cerebrales se pueden presentar síntomas cognitivos y de conducta, posteriores al funcionamiento anormal de un circuito cerebral; por lo que un tratamiento basado en los síntomas sería inoperante. Por ejemplo, en la enfermedad de Parkinson, los síntomas aparecen solamente cuando el 80% de las células que producen dopamina ya se han deteriorado. El estudio de los circuitos cerebrales por medio de imágenes cerebrales, biomarcadores y entrevistas, pueden revelar cuáles son los tratamientos que resultan más eficaces y evaluar los cambios que producen dichos tratamientos.

El control de los trastornos mentales que se consideran de base biológica reportará una nueva percepción de dichas patologías, y en lugar de ser consideradas como personas poseídas por espíritus, endemoniadas, peligrosas e irracionales podrán ser aceptadas y tratadas como personas enfermas capaces de recuperarse. La psiquiatría está dejando de ser una ciencia basada únicamente en procesos mentales subjetivos para transformarse en neurociencia; brindando esperanza a millones de seres que esperan impacientes un alivio verdadero y permanente para sus males. Antiguamente, los tratamientos se reducían a entrevistas, internación, prácticas de terapia electroconvulsiva o coma insulínico, con magros resultados y la posibilidad elevada de recaídas o muerte. Actualmente la psiquiatría basa sus tratamientos en entrevistas, psicofármacos y terapia cognitiva.

El 50% de los pacientes presenta mejoría a las doce semanas, pero todavía existe el riesgo elevado de recaídas y de muerte. Los científicos dedicados a la neurociencia están convencidos que antes de 2020, el avance de la tecnología permitirá mejores diagnósticos de los trastornos cerebrales; y con la implementación de estimulación cerebral, mejores psicofármacos, vacunas y terapia cognitiva, se podrá mejorar al paciente en solo 24 horas sin riesgo mayor de recaídas y con reducidas posibilidades de mortalidad.

Cristianos poseídos?

La Biblia no establece explícitamente si un cristiano puede o no ser poseído por un demonio. Sin embargo, puesto que un cristiano es habitado por Espíritu Santo (Rom. 8:9-11; 1 Cor. 3:16; 6:19), parecería improbable que el Espíritu Santo permitiera que un demonio poseyera a la misma persona en la que Él habita. Definitivamente reconocemos que este es un punto controversial. Sin embargo, sostenemos fuertemente la creencia de que un cristiano no puede ser poseído por un demonio.

Creemos que hay una gran diferencia entre ser poseído por un demonio, y ser oprimido / influenciado por un demonio. La posesión demoníaca involucra a un demonio teniendo el control directo sobre los pensamientos y/o acciones de una persona (Lucas 4:33-35; 8:27-33; Mateo 17:14-18). La opresión / influencia demoníaca implica que un demonio o demonios atacan a una persona espiritualmente, animándola a una conducta pecaminosa (1 Pe. 5:8-9; Stgo. 4:7). Notarán que en todos los pasajes del Nuevo Testamento que tratan con la guerra espiritual, nunca se nos dice que sacaran demonios de un creyente (Efesios 6:10-18). Se nos dice que resistamos al diablo (1 Pe. 5:8-9; Stgo. 4:7), no que lo saquemos.

Es impensable para mí que Dios permitiera que a uno de Sus hijos, a quien Él compró con la sangre de Cristo (1 Pe. 1:18-19) y lo hizo una nueva criatura (2 Cor. 5:17) – sea poseído y controlado por un demonio. Si, como creyentes libramos batallas con Satanás y sus demonios, pero no de dentro de lo mas profundo de nosotros. ¿Quién es El que está en nosotros? El Espíritu Santo. ¿Quién es el que está en el mundo? Satanás y sus demonios.

  • 1 Jn. 4:4  “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.”

Consagración

Por ultimo, hermanos y amigos, TODA la biblia es el plan de Dios para el hombre, léala, pídale a Dios discernimiento de su palabra, obtenga una visión completa de ella, aplíquela a su vida, y entienda por favor, en que parte del plan de Dios para la humanidad nos ha tocado vivir ( “ubíquese” ) y dele gracias a Dios por ello. Ya no hay coliseos en los que se devora a los creyentes; no se queman ya cristianos en los patios de Nerón para que este pueda ver sus rosas; ya no se fríen en aceite a los de la fe en Cristo; el Espíritu ya no nos visita – El MORA en nosotros, la unción ya no viene separada de EL UNGIDO DE DIOS, las bendiciones ya no llegan solo como misericordias divinas, sino mas aun Ahora debemos entender mejor el fondo de las cosas espirituales a la luz de la biblia e ir creciendo hacia la estatura del varón perfecto que es Cristo nuestro Señor y Salvador. No permitas que Satanás te neutralice.

Podrías preguntarte, ¿por qué Dios aún permite que los demonios traten con nosotros? Si ellos están bajo Su autoridad, ¿por qué no les impide cualquier interacción con los humanos? En la insondable sabiduría de Dios, Él es capaz de usar sus malos deseos e intentos sobre nuestras vidas, y obtener algo bueno de ellos para los cristianos:

a) En Mar. 1:13, Dios usa las tentaciones de Satanás para probar la ausencia de pecado en Jesús.

b) En el libro de Job, Dios usa a Satanás para mostrar la integridad del carácter de Job, y más tarde recompensar doblemente a Job por todo lo que experimentó.

c) En 2 Cor. 12:7, Dios usa la aflicción que Satanás infligió sobre Pablo para evitar que se volviera orgulloso.

d) En el caso de los no creyentes, Satanás y los ángeles caídos sirven como un tipo de catarsis trabajando junto con la influencia del mundo no redimido y los deseos de la naturaleza pecaminosa para mostrar a los corazones de los inconversos el mal que ya mora dentro de ellos, mostrándoles de esta manera a ellos y a los demás, lo que es su verdadera naturaleza caída. (Mat. 15:18-19; Ef. 2:1-3; Ap. 20:7-9)

Ahora, mientras examinamos la Escritura – particularmente las epístolas que se enfocan en nuestra vida en la “era de la iglesia” – encontramos muy poco acerca de la manera en que debemos interactuar con los demonios, excepto el no atrevernos a dirigirnos a ellos basándonos en nuestra propia habilidad y fuerza (Jud. 1:9).

Tampoco se nos dice que nos detengamos a preguntarnos continuamente si hay demonios trabajando a nuestro alrededor aún ahora. (Los hay… ¡y a veces se manifiestan ellos mismos!) Pero ya sea que lo hagan o no, ellos no deben ser nuestro enfoque, ¿Por qué no? Porque, una vez más, ellos no tienen autoridad, sino la que les es dada por Dios. ¿Quién y qué entonces debe ser nuestro enfoque? Nuestra atención necesita estar sobre Dios y los claros mandamientos que Él nos da en la Escritura; si Él es nuestro centro de atención, no necesitamos temer a nada más (Sal. 27:1).

Si sucede que hubiera una manifestación de su presencia de alguna forma, debemos preguntarnos el por qué. ¿Hay algún ídolo pagano, un fetiche usado en la adoración pagana, etc. (Deut. 32:16-17; Sal. 106:37-38; 1 Cor. 10:19-21)? O tal vez hay algunos que han permitido ellos mismos llegar a estar poseídos por un demonio, o hayan permitido una participación demoníaca en sus vidas por algún pecado repetido y serio (Ef. 4:27). Cualquier artículo de lo oculto que uno posea, debe ser quemado, como Pablo y los otros cristianos hicieron con los libros que fueron quemados en Hechos 19:18 y cualquier pecado conocido debe ser confesado a Dios (1 Jn. 1:9).

En resumen, es bíblico creer en demonios y que lo que la gente cree que son apariciones, son o ilusionismo fabricado por charlatanes, o verdaderamente involucran actividad demoníaca, como la visita de espíritus humanos. El usar canales y búsquedas de guías de “médiums” o “espiritistas,” o el jugar con las tablas de la Guija, cartas tarot, sesiones espiritistas, o escuchar música satánica de rock pesado, es verdaderamente invitar el involucramiento de demonios en la vida de uno.


El rol de la religión en la salud mental del enfermo siquiátrico

La religión puede tener un papel negativo en la salud mental cuando:

a) Presenta rasgos y relaciones sectarias, expresiones fundamentalistas y una normatividad limitadora de la libertad personal. En estos casos, puede potenciar determinados trastornos como la neurosis, la ansiedad… a causa de los sentimientos de culpa derivados de la imposibilidad de cumplir con la totalidad de sus exigencias y preceptos.

b)  Genera expectativas que no se cumplirán. Esto puede suceder en los actuales contextos carismáticos en forma de expectativas, por ejemplo de sanidad, que al no cumplirse generan frustración y dudas espirituales a la persona afectada o a su entorno familiar, en el sentido de no haber ejercitado suficientemente la fe para haber generado el milagro. Nos hallamos frente al “pensamiento mágico”.

c) Representa una huida de la realidad. Es la búsqueda de Dios cuando las condiciones de la existencia nos sobrepasan y necesitamos buscar consuelo al dolor en lugar de afrontar la situación. Nos hallamos frente a la idealización de un ser supremo que salva mágicamente de las circunstancias adversas. En estos casos, tendremos que dar la razón a Sigmund Freud cuando manifestaba que la religión ponía de manifiesto la inmadurez psíquica del ser humano. La religión, en este supuesto, puede ayudar a evadirse de una realidad hostil y refugiarse en el delirio propio de un estado neurótico al proyectar en un futuro una nueva situacionalidad que venga a superar el actual estado de cosas.

El rol terapéutico de la religión

La fe cristiana no debe entenderse como una especie de “seguro” que nos protege de las circunstancias adversas de la finitud, incluyendo la enfermedad mental. Ahora bien, a muchos creyentes les permite asumir el principio de la realidad con más naturalidad y de forma menos traumática. La fe puede ayudar a superar las fases de negación (¡no puede ser!), de rebelión (¿por qué a mí?) y de depresión (estoy realmente enfermo) y asumir la realidad. No se trata de una resignación fatalista, sino de una conformidad con los hechos. A ello contribuye la sensación de seguridad existencial y de una vida con sentido. Es el papel positivo de la religión del que trataron psicoanalistas como Carl Gustav Jung o Víctor Frank desmarcándose de los postulados de Sigmund Freud.

La fe cristiana puede aportar un elemento de estabilidad emocional, tranquilidad, serenidad, paz interior… al considerar que la vida no es el resultado del azar, sino que tiene un sentido y un propósito, a pesar de que con demasiada frecuencia se nos presenta como un misterio, como es el caso de las enfermedades mentales.

Cuando el cristianismo es entendido y vivido de este modo, contribuye a la salud mental de la persona desde una perspectiva preventiva por el hecho de que:

a) Contribuye al establecimiento de una autoestima equilibrada superadora de sentimientos disfuncionales de superioridad o inferioridad.
b) Ayuda a desarrollar el autocontrol emocional, la ponderación…
c) Posibilita vivir en conformidad con valores higiénicos como el respeto, la alteridad, la solidaridad, la justicia, el trabajo en favor de la paz…
d) Algunos estudios (Toussaint y otros, 2001) establecen relaciones positivas entre la capacidad de perdonar y la salud mental. La práctica del perdón genera compasión, desarrolla la empatía, dibuja nuevos escenarios de confianza; su ausencia mantiene a la persona en el rencor, el odio, los pensamientos y sentimientos negativos y el aislamiento social.

El cristianismo también puede contribuir a la salud mental de la persona mediante la mejora de su fondo patológico.

a) El contenido de la fe cristiana ayuda al control y a la modificación de los pensamientos disfuncionales, base de emociones y conductas, como bien explica la corriente neoconductista.
b) La fe cristiana puede ayudar a priorizar correctamente dando importancia, en primer lugar, a las personas y estableciendo equilibrios en las diferentes áreas de la actividad: tiempo personal, familiar, profesional, social, eclesial… minimizando el estrés.
c) La fe es generadora de confianza, hecho que representa un soporte terapéutico frente a síntomas como la tristeza, la depresión… El psiquiatra Aaron Beck afirmó que la desesperanza se halla en el corazón de la depresión. También es un factor de peso en los casos de suicidio. Una visión esperanzada, dentro del realismo existencial, como la que proporciona la fe es facilitadora de los procesos de salud.

La iglesia también tienen su papel en el tema que nos ocupa. Las comunidades deben ser inclusivas y no discriminar por ningún tipo de razón. Las personas con problemas de salud mental deben ser acogidas e integradas en función de sus posibilidades relacionales.

El enfermo mental ha de ser aceptado en su específica realidad, respetado en su dignidad personal, acompañado en su proceso, amado, ayudado y no culpabilizado.

Una voz tan autorizada como la de Jordi Font, doctor en medicina, especializado en psiquiatría y psicoterapeuta señala que la praxis religiosa puede llegar a ser una instancia estructurante de la personalidad y, por lo tanto, factor a considerar en el tratamiento de los trastornos mentales. La religión y la fe adulta son posibles, cuando son purificadas de las formas primitivas e infantiles con las que con demasiada frecuencia la religiosidad se manifiesta.

Conclusión:

¿Cómo debe responder un cristiano, que es justamente perturbado y comprensiblemente desanimado por los acontecimientos y las implicaciones de las dolencias ocultas? Es obvio que hay muchas respuestas legítimas, en diferentes ámbitos y con diferentes aplicaciones. Pero sosteniéndolas todas, la base fundamental de todas ellas, bueno, Jhonn Owen, un teólogo puritano calvinista, lo hace bien. Léalo lentamente. Considere esto:

Vivamos en la constante contemplación de la gloria de Cristo, y la virtud procederá de El al reparar todas nuestras decaídas, para renovar un espíritu recto dentro de nosotros, y que nos haga abundar en todos los deberes de obediencia.… Arreglará el alma para ese objeto, que es adecuado para darle placer, complacencia y satisfacción.… Cuando la mente está llena de pensamientos de Cristo y de Su gloria, cuando el alma se rompe en el con afecto intenso, expulsarán o no admitirá, las causas de la debilidad y malestar espiritual… Y nada excitará y estimulará tanto nuestras almas a esto como una visión constante de Cristo y de Su gloria, todo en El tiene un poder restrictivo a esto, como es sabido por todos los que tienen algún conocimiento de estas cosas.

Es bíblico no obsesionarse con ellos y con el mundo de los espíritus. En ninguna parte de la Escritura puedes encontrar algún precedente de hacerlo así. Más bien, debemos impregnarnos de la Palabra de Dios (Sal. 119), con el conocimiento de Cristo (Fil. 3:8-10), servirle a Él como sacrificios vivos (Ro. 12:1-2), y buscar hacer discípulos en todas las naciones (Mat. 28:18-20, etc.). La única liberación del pecado y del diablo que pueden obtener los perdidos, es a través de la que se encuentra solo en Cristo (Jn. 8:32-36; Ro. 6:16-23; Ef. 2:1-10). Necesitamos concentrarnos en el Evangelio de Cristo para compartirlo con otros. Ese Evangelio es el poder de Dios para la liberación del pecado y de Satanás (Ro. 1:16; 1 Cor. 1:18).

La enfermedad mental no siempre es un castigo,un juicio de Dios por el pecado.Por eso no creo que debamos ser fatalistas. Podemos confiar en Dios en medio de la adversidad. Aún así, amado hermano, recuerda que

“Aquel que ha nacido de Dios, Dios le guarda y el diablo no lo puede tocar”.

Ver video sobre las posesiones demoníacas

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Referencias

6 comentarios en “¿Puede un cristiano ser poseído por un demonio?

  1. Hola hno Paulo, interesante tema que se ha arraigado en muchos cristianos como un hecho posible. Lamentablemente se debe a un gran desconocimiento biblico de nuestra posición en Cristo y una imitación a evangelistas que le han dado mucho enfasis a la esfera demoníaca y que hasta han llegado al colmo de ponerle nombres segun lo que hacen. ej: espíritu de adulterio, de robo, etc.
    Por otra parte la influencia que tiene la psicología sobre la iglesia es alarmante ya que transfiere la culpa de nuestros propios pecados a los demonios y eso es anti-biblico, no por nada se le llama a la psicología el nuevo caballo de troya que ha entrado a la iglesia.
    En lo referente a la llamada enfermedad mental sería bueno saber la opinión de un entendido en la materia que dice lo siguiente:
    «La psicología no es tan sólo una religión que pretende ser una ciencia, es de hecho una falsa religión que procura destruir la religión verdadera… psicoterapia es un nombre que suena científico, moderno, para lo que solía llamarse la «cura de almas»…
    con el declive de la religión y el crecimiento de la ciencia en el siglo dieciocho, la cura de almas (pecadoras), que había sido parte integral de las religiones cristianas, fue denominada cura de mentes (enfermas), y pasó a formar parte integral de la medicina.
    Se suele definir a la psiquiatría como la especialidad médica dedicada al estudio, diagnosis y tratamiento de las enfermedades mentales. Esta es una definición inútil y engañosa. La enfermedad mental es un mito… la noción de una persona «teniendo una enfermedad mental» es científicamente coja. Da una aprobación profesional a la racionalización popular — o sea, que los problemas de la vida experimentados y expresados en términos de los llamados síntomas psiquiátricos son básicamente similares a las enfermedades físicas».
    Thomas Szasz, psiquiatra y reconocido escritor.

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  2. Si, es verdad lo de la ignorancia. Hay muchos que racionalizan sus experiencias, no distinguen ser un cristiano consagrado de ser un cristiano tradicional, un teista diriamos.
    Las llamadas enfermedades psiquiatricas verdaderas, son mas bien neurosiquiatricas. Deben ser estudiadas por un medico (ezquoizofrenia, depresion clinica, nuerotransmsiores, etc). La llamada psiquitria bilogica avanzo bastante, aunque aun no hay solucion para todos los males. El pastor, ante la duda, debe remitir a un profesional de la salud a su aconsejado, para evitarse el dano emocional al afligido, pero asistirlo con oracion y una ayuda «terapeutica biblica» integeral, que lo contenga, hasta tanto Dios obre conforme a su voluntad. Pero hoy en dia, es muy raro encontrar pastores entendidos en el arte de la terapia pastoral. O son profetas exhortadores, o son maestros biblicos o son evangelistas o teologos o administradores del templo y de la denominacion. Hacen falta pastores que tengan piedad de las personas y discernimiento!!!! Y etica pastoral para que no chismeen lo que se les confiesa!!!!
    Y de verdad, lo que dices de la posesion demoniaca, como ha calado en miles y miles de cristianos que se lo han creido. Es increible.Yo discuti esto con un pastor amigo mio y el me remitia a las experiencias de su ministerio. Pablo Bottari y Carlos Anacondia popularizaron esta herejia soteriologica pneumatologica hamartiologica. Cuantos nombres tecnicos para definir una herejia que puede ser traumatica para un cristiano!!!!

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