La Confesión de fe Bautista de New Hampshire


La Confesión de fe Bautista de New Hampshire
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Escrito en 1833 con revisiones menores en 1853, la Declaración de Fe de New Hampshire ocupa un lugar destacado entre las confesiones bautismales históricas de la fe. Aunque su lenguaje y su contenido están a la altura de la más definitiva y elocuente Segunda Confesión de Fe de Londres (1689), la NHCF es sin embargo un documento histórico importante que proporciona una gran comprensión de la teología bautista histórica. La NHCF es de particular importancia para los Bautistas del Sur contemporáneos que se identifican como conservadores y evangélicos, ya que es la base sobre la cual los Bautistas del Sur modernos establecen «aquellas cosas que seguramente creyeron entre nosotros» en la Fe y Mensaje Bautista . Incumbente de los Bautistas del Sur modernos es la responsabilidad de contemplar y evaluar tanto sus demandas de fe como la integridad de su doctrina a la luz de este documento. Esta confesión fue elaborado por el reverendo John Newton Brown, DD, de New Hampshire sobre 1833, y fue adoptado por la Convención de Nueva Hampshire, y ampliamente aceptado por los bautistas, sobre todo en el norte y oeste de los Estados, como una declaración clara y concisa de su fe, en armonía con las doctrinas de los mayores confesiones, pero expresado en forma más leve.El texto está tomado del Manual de la Iglesia Bautista, publicado por la American Baptist Publication Society, en Filadelfia.
 
La Confesión de New Hampshire, adoptada por los bautistas de ese estado en 1833, pronto se hizo ampliamente popular entre los bautistas, del norte y del sur, lo cual se reflejó en un importante abandono de la Confesión de Fe de Filadelfia, del siglo XVIII, la cual era más calvinista. Con revisiones menores, J. Newton Brown, secretario de redacción de la American Baptist Publication Society (Sociedad americana de publicaciones bautistas) la publicó en The Baptist Church Manual (El manual de la iglesia bautista) en 1853.
Esta publicación aseguró incluso una distribución y popularidad más amplias para la Confesión de New Hampshire, progenitora directa de todas las tres versiones de La fe y el mensaje bautista (1925, 1963 y 2000). La realidad es que la Confesión de New Hampshire, con la distintiva soteriología de los bautistas separados, se convirtió en «la confesión» entre los bautistas del sur del siglo XIX y principios del siglo XX, lo cual se ilustra de modo vívido en el Southern Baptist Convention’s Sunday School Board (Junta de escuelas dominicales de la Convención Bautista del Sur) que reproduce la confesión en varios libros. Entre estos libros, los más notables son What Baptists Believe (Lo que creen los bautistas) de O. C. S. Wallace, publicado por primera vez en 1913. Wallace, pastor de la Baltimore’s First Baptist Church [Primera Iglesia Bautista de Baltimore], escribió una explicación, artículo por artículo, de la Confesión de New Hampshire, que circuló de manera extensa en miles de iglesias como un libro de estudio. Vendió 191 118 copias (en una Convención mucho más pequeña en términos numéricos) antes de que saliera de circulación cuando La fe y el mensaje bautista (1925) se convirtiera en la confesión de la Convención.
¿Por qué Wallace escogió la Confesión de New Hampshire de 1913? Él afirma que «se escogió… porque es la fórmula de la verdad cristiana más utilizada como un estándar en las iglesias bautistas por todo el país, para expresar lo que estas creen según las Escrituras». Él también señalaba que el recién fundado Seminario Teológico Bautista del Suroeste había adoptado la Confesión de New Hampshire «como una expresión adecuada de su carácter doctrinal y vida». Wallace facilitó el «Compendio de principios» del Seminario del Sur como un anexo para la «comparación y estudio provechosos». Él además dedicó Lo que creen los bautistas a James P. Boyce, «primer presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur», y a B. H. Carroll, «primer presidente del Seminario Teológico Bautista del Suroeste», ambos «HOMBRES PODEROSOS en el reino de la enseñanza cristiana». Wallace, al seleccionar la Confesión de New Hampshire para la Confesión de Lo que creen los bautistas, la reconoció como la declaración confesional mayoritaria de la época, con el «Compendio de principios» como una declaración minoritaria.
W. L. Lumpkin escribe sobre el propósito y el nacimiento de la Confesión de New Hampshire:

«El 24 de junio de 1830, la Convención Bautista de New Hampshire nombró un comité para preparar y presentar en la próxima sesión anual» tal declaración de fe y práctica, junto con un pacto, como se puede considerar agradable y consistente con las opiniones de Todas nuestras iglesias en este estado «.
El resultado de su trabajo fue la Confesión de New Hampshire de 1833. La Confesión de New Hampshire se considera procedente del mismo origen que la Confesión de 1689.

Leroy D. Cole escribe en The Doctrines of Grace en la Confesión de New Hampshire: «En el contexto de su nacimiento, fondo y desarrollo, se observa fácilmente que esta Confesión es de la misma primavera de la cual fluye la Filadelfia y las Confesiones de Londres. «

Phillip Schaff, Creeds of Christendom, comenta la aceptación de la Confesión de New Hampshire: «Ha sido aceptada por los Bautistas de New Hampshire y otros estados del norte y oeste, y ahora es el credo más popular entre los Bautistas Americanos».

J. Newton Brown escribió en su libro, The Baptist Denomination, 1856, relativo a la armonía de la enseñanza de las diferentes confesiones. «La principal diferencia en los Artículos de Fe Bautista, está en la fraseología o el estilo de ellos, no en las doctrinas … Casi todas las iglesias tienen sus Artículos de Fe, que difieren en numerosos detalles no esenciales, pero están de acuerdo en la sustancia».

Según McClintock y Strong’s Biblical Encyclopedia, 1896, la Confesión de New Hampshire fue generalmente aceptada en el norte, pero no en el sur. La «Confesión de New Hampshire», es quizás de uso más general entre las sociedades del norte y del este, mientras que la «Confesión de Fe de Filadelfia» (1689) es la que generalmente se adopta en el sur.

No fue hasta principios del siglo XX que los Bautistas del sur pasaron de la Confesión de 1689 a una forma de la Confesión de New Hampshire de 1833.

 
Bibliografia
 

¿Cuál es el verdadero rol de un Pastor? | Revista La Fuente


¿Cuál es el verdadero rol de un Pastor?

Esta entrevista fue realizada por Wolfgang Streich con el Dr. Alfred Neufeld.

¿Puede explicarnos Dr. Neufeld que involucra bíblicamente el término Pastor?
La idea del pastor viene de la tradición pastoral de Israel. La cría de animales, especialmente ovejas, su alimentación y cuidado, su protección y corrección, servían de ejemplo para el cuidado espiritual del pueblo de Dios. Dios mismo es identificado muchas veces como el Buen Pastor, tal como lo expresa el Salmo 23.

Jesús se identifica como el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas, que logra ovejas obedientes, que prestan atención a su voz y lo siguen, y quien protege a sus ovejas de modo que nadie las arrebatará de su mano. Los pastores de hoy haremos bien en tomar en cuenta el carácter pastoral de Dios y la vida pastoral de Jesús como modelo profesional.

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¿DEBEMOS SOMETERNOS A PASTORES TERRENALES?


¿DEBEMOS SOMETERNOS A PASTORES TERRENALES?

Es emocionante ver cada día la manera en que cientos de personas son alcanzadas por medio de las redes sociales y otras herramientas de difusión en Internet; sin embargo, también veo con preocupación la debilidad que hay tocante al tema de la iglesia y la necesidad de ser pastoreados.

Muchas de las personas que se exponen a buena predicación, buenas conferencias y hasta buena música, parecen estar muy cómodos con tales cosas y creen que es todo lo que necesitan para su crecimiento espiritual. Pero deja claro la Escritura (Heb 10:25), que hay cosas que pasan en la iglesia que no pasan frente a la pantalla de una computadora y que hay responsabilidades de los creyentes que son indispensables, entre ellas el ser pastoreado, someterse y obedecer a un pastor.

¿QUÉ ES LA UNIDAD CRISTIANA?


¿QUÉ ES LA UNIDAD CRISTIANA?

La unidad entre dos o más personas recibe su virtud completamente de algo ajeno. La unidad en sí misma es neutral hasta que otra cosa le da bondad o maldad. De manera que si Herodes y Pilato se unifican por su desprecio común hacia Jesús (Lc. 23:12), esta no es una buena unidad. Pero si Pablo y Silas cantan juntos en la cárcel por causa de Cristo (Hch. 16:25), esta es una buena unidad.

Por lo tanto, nunca es suficiente llamar a los cristianos a tener unidad. Eso puede ser bueno o malo. El voto unificado hace cincuenta años en mi iglesia en Carolina del Sur para prohibir a los negros de asistir a los servicios no fue una buena unidad. El voto unificado de una denominación protestante para bendecir actos sexuales prohibidos no es una buena unidad.

¿Qué hace a la unidad cristiana?

La unidad cristiana en el Nuevo Testamento recibe su bondad de una combinación de su fuente, sus ideas, sus afectos y sus objetivos.

Su fuente

Pablo nos dice que debemos esforzarnos “por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Ef. 4:3). Eso lo tomo en el sentido de que el Espíritu Santo es el gran dador de la unidad. “Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu” (1 Co. 12:13).

Sus ideas 

Pablo dice que los pastores y maestros han de equipar a los santos “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios” (Ef. 4:13). En otras palabras, la unidad que buscamos es unidad en la verdad. Por supuesto, la unidad cristiana es más que la verdad compartida, pero no es menos que esto. Pablo amontona las palabras para unidad en Filipenses 2:2, “hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito” (véase también Filipenses 4:2). Todo para que sea “conforme a Cristo”. “Y que el Dios de la paciencia […] les conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús” (Ro. 15:5).

Sus afectos

Por supuesto, el amor unificador en el cuerpo de Cristo incluye un compromiso fuerte a hacer el bien a la familia de Dios, tengas ganas o no (Gá. 6:10). Pero la experiencia de la unidad cristiana es más que eso. Incluye un amor afectuoso, algo más que sacrificarse por aquellos que no nos agradan. Conlleva un sentimiento de cariño. Hemos de tener afecto por aquellos que son nuestra familia en Cristo. “Sean afectuosos unos con otros con amor fraternal” (Ro. 12:10). “Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 P. 1:22). “En conclusión, sean todos […] compasivos, fraternales, misericordiosos, y de espíritu humilde” (1 P. 3: 8).

Sus objetivos

La unidad arraigada en el Espíritu, la unidad que manifiesta a Cristo, la unidad que atesora la verdad y que ama humildemente está diseñada por Dios para tener por lo menos dos objetivos: un testimonio al mundo, y una proclamación de la gloria de Dios. El apóstol Juan deja claro el primero de estos: “Un mandamiento nuevo les doy: ‘que se amen los unos a los otros;’ que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros” (Jn. 13: 34-35).

Las famosas declaraciones de Jesús en Juan 17 tienen sus raíces en la profunda unidad espiritual entre el Padre y el Hijo, y con los que Dios ha escogido de entre el mundo (Jn. 17:6). “Para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú Me enviaste” (Jn. 17:21). Nota que el testimonio al mundo es que los discípulos están en el Padre y el Hijo para que el mundo crea. Esto es mucho más —profundamente más— que estár relacionado a través de una organización común.

La unidad que brilla con gloria para que el mundo vea es la unión con el Padre y el Hijo, para que la gloria del Padre y el Hijo sea parte de nuestras vidas. “La gloria que Me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno” (Jn. 17:22). Esa gloria se debe a esto: “Yo en ellos y tú [Padre] en mí” (Jn. 17:23). De esta unión con Dios, y la gloria que da, brilla algo que el mundo puede ver, si Dios les da ojos para ver. El objetivo de Dios con esta unidad verticalmente arraigada, esta unidad horizontalmente enfocada, esta unidad que refleja la gloria de Dios, es que Él pueda “reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos” (Jn. 11:52).

El objetivo final de dicha unidad de los cristianos es la gloria de Dios. De ahí que Pablo ora, “Y que el Dios de la paciencia y del consuelo les conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acéptense los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para la gloria de Dios” (Ro. 15:5-7).

¿Cuáles implicaciones hay para nosotros?

1. Busca la plenitud del Espíritu Santo que crea la unidad.

“Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu” (Ef. 5:18). Busca ser guiado por el Espíritu y producir los frutos del Espíritu (Gá. 5:18, 22-23) pues estos son los engranajes de las ruedas de amor. Si eres un extraño al Espíritu Santo, te preocupara poco la unidad que Él construye.

2. Esfuérzate por conocer y difundir las verdades de Cristo y sus caminos.

Trata de alcanzar “la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios” (Ef. 4:13). Crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18). Compartir, por todos los medios que puedas, lo que ves de Cristo. “Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros” (Col. 3:16).

3. Ama a los cristianos más allá de tus fronteras teológicas.

Cultiva el afecto hacia aquellos más allá de tus fronteras teológicas que son verdaderamente tus hermanos y hermanas en Cristo. Odia errores graves, no hermanos sinceros. Los seres humanos nunca han sido buenos en esto. Y el ambiente filosófico y emocional de hoy lo hace que sea aún más difícil, ya que las declaraciones de verdad solo se ven como un pretexto para lograr tener el control. Pero considera lo que dice Spurgeon y trata de llegar a ser como él. Observa la intensidad de odio y amor:

Donde está el Espíritu de Dios ahí debe haber amor, y si alguna vez he conocido y reconocido a algún hombre como mi hermano en Cristo Jesús, el amor de Cristo me constriñe a no pensar en él como un extraño o un extranjero, sino como un conciudadano de los santos. Ahora, yo aborrezco la fuerte adherencia a las prácticas de la ‘Iglesia Alta’, de la manera que mi alma odia a Satanás; pero me encanta leer a George Herbert, aunque George Herbert era un denodado miembro de la ‘Iglesia Alta’. Yo aborrezco su fuerte adherencia a las prácticas de esa iglesia, pero amo a George Herbert muy profundamente, y guardo un cálido rincón en mi corazón para cada ser que sea como él. Si me encontrara a algún hombre que ame a mi Señor Jesucristo como George Herbert lo amó, entonces no me preguntaría si he de amarlo o no; las preguntas no cabrían, pues no podría evitarlo; a menos que pudiera dejar de amar a Jesucristo, no podría dejar de amar a aquellos que lo aman. (Sermones del Púlpito del Tabernáculo Metropolitano, vol. XII, 6)

4. Sirve a los cristianos más allá de tu fronteras teológicas.

En aras de un testimonio al mundo, busca maneras de mostrar amor a hermanos y hermanas más allá de las barreras; tanto el tipo de barreras que deben ser eliminadas, como el tipo de barreras que el compromiso con la verdad (y la unidad en la verdad) te prohíbe quitar. Haz esto para la gloria de Dios. Que Francis Schaeffer sea tu guía:

Es en medio de una diferencia que tenemos nuestra oportunidad dorada. Cuando todo va bien y todos estamos de pie en torno a un pequeño círculo, no hay mucho para que el mundo vea. Pero cuando llegamos al lugar donde hay una diferencia real, y exhibimos un compromiso inquebrantable con la verdad, pero al mismo tiempo un amor observable, entonces hay algo que el mundo puede ver, algo que pueden utilizar para juzgar que estos realmente son cristianos, y que Jesús ciertamente ha sido enviado por el Padre. (Obras completas, vol. 4, 201, énfasis añadido)

La ambigüedad y la esperanza

Cuando todo está dicho y hecho, las ambigüedades permanecen. ¿Qué tipo de límites deben definir iglesias, escuelas, denominaciones, conferencias, ministerios paraeclesiásticos, reuniones de oración a nivel de la ciudad, esfuerzos evangelísticos locales? Sin embargo no estamos a la deriva. No estamos sin timón y sin velas. Tenemos las estrellas del cielo y nuestro sextante de confianza. En dependencia de la Palabra y el Espíritu, en humildad, llegaremos a casa… juntos.


Publicado originalmente para Desiring God. Traducido por Kevin Lara.

Hus: «El Papa no es la cabeza de la iglesia»


Hus: «El Papa no es la cabeza de la iglesia»

Esta semana es el 600º aniversario de la muerte del reformador checo Juan Hus.

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AUTOR Will Graham

Fecha:05 DE JULIO DE 2015

Esta semana es el 600º aniversario de la muerte del reformador checo Juan Hus. El día 6 de julio 1415 murió quemado a manos de la Iglesia Católica Romana después de su condenación en el concilio de Constanza. Se está hablando mucho de Hus en estos días porque hace dos semanas el Papa Francisco pidió perdón a la Iglesia husita por su muerte. Discípulo del inglés Juan Wycliffe, Juan Hus –predicador potente y rector de la Universidad de Praga- fue un auténtico antecesor de la Reforma protestante.

En términos del historiador Mario Escobar, Hus fue “el proto-lutero”. Como Protestante Digital ha destacado recientemente: “Quiso llevar la Biblia al pueblo y rechazó la estructura papal, descubriendo que Cristo es la verdadera cabeza de la Iglesia. Además criticó la venta de indulgencias, los excesos económicos de la iglesia católica y las divisiones que entonces se daban en el seno del mismo papado, con sedes en Roma y Avignon”.

Hoy, como un acto de gratitud a Dios por su ministerio y valentía, quiero dedicar mi artículo semanal a recopilar las diez frases de Hus que más me gustan. También aprovecho esta ocasión para recordaros a todos, hermanos y hermanos, la observación de nuestro querido reformador Lutero: “En definitiva, todos somos husitas sin saberlo”. Aquí están las citas (todas sacadas, por cierto, de su obra más importante De ecclesia).

Capítulo 1: La Iglesia universal es la suma de todos los predestinados- tanto del pasado como del presente y del futuro. Capítulo 6: Señor omnipotente, tú eres el camino, la verdad y la vida. Ciertamente sabes cuán pocos son los que andan contigo en el tiempo presente. Cuán pocos son aquéllos que andan en humildad, pobreza, pureza, diligencia y paciencia. El camino de Satanás es ancho; muchos andan por allí. Ayuda a tu rebaño débil para que no te abandone sino seguirte hasta el fin en el camino estrecho.

Capítulo 7: Ni el Papa ni los cardinales son la cabeza de la santa Iglesia universal. Sólo Cristo es la cabeza de la Iglesia. Capítulo 8: El creyente tiene que estar dispuesto a exponer su vida al peligro de muerte por la certeza de la verdad hablada por Dios. Todos los cristianos han de creer implícita y explícitamente todas las verdades que el Espíritu Santo ha colocado en las Escrituras. De esta manera, el creyente no tiene porqué creer las palabras de los santos que no están en armonía con las Escrituras ni tampoco tiene porqué creer las decretos papales a no ser que estén conformes a las Escrituras.

Capítulo 9: Cristo prometió edificar su Iglesia sobre la roca que Pedro confesó. Y aquélla roca era Cristo. Por lo tanto, la Iglesia está edificada sobre Cristo.

Capítulo 11: Cuando los sacerdotes leen ciertos versículos en la Biblia que parecen dar a entender que han de ser ricos, vivir en comodidad, ser conocidos en el mundo y no sufrir por el amor de Cristo, los estudian, los proclaman y los dan a conocer a todos. Pero, cuando se encuentran con versículos que los llaman a imitar a Cristo mediante la pobreza, la ternura, la humildad, la paciencia, la pureza, el trabajo duro y la perseverancia, deciden pasarlos por alto aseverando que tales textos no tienen nada que ver con la salvación.

Capítulo 12: Nadie puede ser salvo a no ser que esté sometido a Jesucristo.

Capítulo 17: No queremos seducir al pueblo; queremos que sean unidos en su obediencia a la ley de Cristo […] Deseamos que los ministros vivan honestamente según la doctrina de Jesucristo, apartándose de la vanagloria, la avaricia y la comodidad.

Capítulo 23: Ni el Papa ni los obispos pueden excomulgar a nadie de la Iglesia a no ser que Dios no le haya excomulgado primeramente.

Capítulo 23: Bendito sea Dios omnipotente, el cual permite que su Iglesia tenga una vida tal que aun cuando el Papa está muerto, ella no se encuentra ni muerta ni sin cabeza. La vida de la Iglesia no depende del Papa, sino más bien de su única cabeza, Cristo.

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Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/36695/Hus_el_Papa_no_es_la_cabeza_de_la_iglesia

Pastoras feministas usan «ella» en sus oraciones y prédicas al referirse a Dios


Pastoras feministas usan «ella» en sus oraciones y prédicas al referirse a Dios

ESCRITO POR ENTRECRISTIANOS

Publicado: 03 Junio 2015

Dios-mujerFinalmente el feminismo toma su lugar en el púlpito. Un grupo de mujeres cristianas a la que pertencen muchas pastoras han iniciado una campaña con acciones claras como es que cuando oran o predican utilizan «ella» para referirse a Dios.

El movimiento «Women And The Church» (Mujeres y la Iglesia), también conocida como «Watch» se inició en la Iglesia de Inglaterra y sostiene que referirse a Dios con el pronombre «El» en la oración o en las prédicas lo que hace es crear en la mente del creyente que Dios se parece a un hombre y por lo tanto denuncian que esto es un caso de sexismo.

La pastora Emma Percy, una de las líderes del movimiento declaró al Sunday Times que lo que pretenden es que los creyentes dejen de ver a Dios como si fuera una figura masculina.

«Si sólo utilizamos la figura del Dios masculino reforzamos la idea de que Dios es como un hombre. De esta manera sugerimos que Dios es más similar a los hombres que a las mujeres «, dijo Percy, quien es además capellán de la Trinity College, una universidad ubicada en Oxford, Inglaterra.

Kate Bottley es otra pastora anglicana que sositiene que ya está eliminando todas las referencias a «él» y «él» durante la predicación, siempre que sea posible.

La tesis del movimiento hace caso omiso a muchos pasajes bíblicos que se refieren a Dios como «Él» y las referencias a la Trinidad, que designa el «Padre», el «Hijo» (Jesucristo) y el «Espíritu Santo».

Esta iniciativa antissexista ya ha generado mucha polémica.  Los teólogos conservadores están preocupados por el nivel de influencia de la cultura secular en las tradiciones y los principios cristianos.

¿Podemos imaginarnos a alguien recitar las palabras de la oración que Jesús nos enseñó convertidas en ‘Madre Nuestra, que estás en los cielos…’

Articulos relacionados con Feminización de la religión en Occidente

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http://www.entrecristianos.com/iglesia/pastoras-feministas-usan-ella-en-sus-oraciones-y-predicas-al-referirse-a-dios

Debilitará Internet las iglesias protestantes (más que las católicas) mediante el individualismo?


Debilitará Internet las iglesias protestantes (más que las católicas) mediante el individualismo?

¿Debilitará Internet las iglesias protestantes (más que las católicas) mediante el individualismo?

Un predicador en un encuentro protestante con grandes pantallas pero… ¿no preferirán muchos quedarse en casa a ver sus propias pantallas? ¿Por qué ir a un templo?

¿Para qué ir a la iglesia a escuchar un buen sermón, buena música cristiana, un coro potente, orar y charlar un rato con hermanos y parroquianos si todo eso puedo hacerlo desde casa por Internet?

Un cristiano católico o un cristiano ortodoxo puede responder enseguida. Dirá que tiene que ir a la iglesia porque sólo en la parroquia puede comulgar, y sólo allí puede cumplir el mandato de Cristo que dice: “Tomad y comed, este es mi Cuerpo; tomad y bebed,esta es mi Sangre; quien no come mi Cuerpo ni bebe mi Sangre no tendrá vida en él”. He aquí algo que no se puede enviar por Internet. El mandato de la Iglesia Católica de recibir el sacramento de la reconciliación en persona y la obligación de la misa dominical (que no existe en las iglesias protestantes) colaboran en crear una cultura presencial.

Si el culto se basa en lo verbal
Muchos protestantes que no creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, y que basan su culto en la palabra (sea con himnos, con lecturas bíblicas, predicaciones o alabanza) pueden ver innecesario, con el tiempo, el acudir al templo, porque las palabras circulan cómodamente por Internet y se pueden escuchar desde casa, o el coche, o el móvil en la playa.

Un nuevo estudio realizado por la casa evangélica de sondeos Barna a partir de entrevistas telefónicas en noviembre de 2014 a 601 pastores “senior” en Estados Unidos arroja algunos indicios en este sentido, comparando además con una encuesta similar a otros 600 pastores en el año 2000, al empezar el milenio.

Estas son algunas de las preguntas a los pastores con sus resultados (en negrita, los resultados de 2014, en cursiva y entre corchetes los del año 2000).

– ¿Cree que en la próxima década habrá gente que tenga TODAS sus experiencias de fe a través de Internet?
– Sin duda: 11% [7%]
– Probablemente: 36% [20%]
– Probablemente no: 34% [44%]
– Seguro que no: 17% [26%]

(Eso significa que casi la mitad de los pastores –sumamos los de “sin duda” y ”probablemente”- creen que en 10 años habrá gente cuya vida religiosa será íntegramente por Internet).

-En general, ¿es teológicamente aceptable que una iglesia provea de asistencia religiosa o de experiencias religiosas al pueblo mediante internet?
87% dicen sí en 2014; [78% en el 2000]

-¿La gente de su área encontraría aceptable que su iglesia proveyese de asistencia religiosa o de experiencias religiosas mediante internet?
-86% dicen sí en 2014; [70% en el 2000]

Hay que tener en cuenta que el 96% de los pastores usa un ordenador en su trabajo en la iglesia y que 4 de cada 10 usa ese ordenador para acceder a Internet ( en el 2000 era sólo uno de cada cuatro).

¿Para qué usan los pastores Internet?
Los pastores protestantes de Estados Unidos dicen que usan Internet para encontrar información (el 97%), comprar productos (88%; en el 2000 era sólo un 46%), mantener relaciones humanas existentes (80%, en el 2000 eran sólo un 64%), buscar vídeos y música nueva (un 71%, sólo era un 19% en el 2000), tener experiencias religiosas o espirituales (39%; sólo 15% hace quince años)… y uno de cada 10 lo usan además para videojuegos… la misma cantidad de aficionados que al empezar el milenio.

¿Qué es una experiencia espiritual en la Red?
Cuatro de cada diez pastores tienen experiencias religiosas o espirituales por Internet… ¿a qué puede referirse eso?

Por Skype, por ejemplo, es posible orar en grupo con otras personas, realizar un acompañamiento espiritual, dar consejo espiritual acompañado de oración, crear grupos orantes de Biblia…

También es posible orar con vídeos de música cristiana, o descargando o haciendo sonar canciones: no hace falta estar delante de la pantalla del ordenador, basta con que suene el sermón o la canción por los altavoces. Un pastor puede además recomendar versículos o lecturas acompañadas a sus ovejas.

Sketch humorístico de Mr.Bean, que se duerme en la iglesia;
algunos no querrán ir a una iglesia donde «hay pecadores,
que se duermen»; otros no querrán ir a una iglesia donde
«me miran mal porque me duermo»;
el individualismo vencerá en ambos casos

¿Por qué la gente no va a la iglesia?
Tom y Joani Schultz, autores hace unos años de un libro sobre lo malos que son los sermones en las iglesias (“Why Nobody Learns Much of Anything in Church Anymore”, es decir, «Por qué casi nadie aprende ya nada en la iglesia»), publicaron también, hace un par de años, «Por qué ya nadie quiere ir a la iglesia» (Why Nobody Wants to Go to Church Anymore), basándonse en estudios de ambientes protestantes.

Al final (lo explicamos con detalle aquí en ReL) destacan 4 causas «de fondo» para dejar de ir a la iglesia:

1) Muchos sienten que en las iglesias otras personas les juzgan; o piensan que les van a juzgar, y no quieren sentir que les juzgan

2) La gente reclama el derecho a hablar y ser escuchada; sienten que en la iglesia sólo habla el cura o pastor y que nadie les escucha

3) Mucha gente se aleja de la iglesia, o no se acerca a ella, porque piensa que «los cristianos son unos hipócritas»

4) Muchas personas se alejan de las iglesias porque creen que Dios está «distante», «o muerto», o «es irrelevante»; muchos dicen «no noto a Dios»

Cabe deducir que tendrá éxito un pastor capaz de ofrecer servicios espirituales por Internet donde los feligreses no se sientan juzgados, puedan hablar y ser escuchados, no haya “hipócritas” (es decir, no tengan que tratarse con otros feligreses) y “sienta a Dios” (o al menos algo espiritual).

Más que el pastor de un rebaño sería el “coacher espiritual” de numerosos individuos aislados, a los que atendería por la red. Si algún “feligrés” virtual quiere, podría dar el paso a un grupo presencial… pero no sería necesario. La atención cada vez más personalizada del pastor sería recompensada con un salario personalizado, como sucede con los entrenadores personales.

Los cristianos aislados… y los que quieren amistad
Por otra parte, si bien parece inevitable que haya personas que durante meses o años puedan tener una intensa vida religiosa usando herramientas de Internet (pensemos en un cristiano en un país musulmán o comunista, o en una isla, barco o zona aislada, sin acceso a una congregación presencial), el cristiano devoto tendrá la tendencia a acudir a la iglesia cuando pueda, al menos en Pascua y Navidad y otros tiempos fuertes, y también para bautizar y enterrar a sus seres queridos.

Queda por ver si Internet va a afectar a la espiritualidad fomentando el individualismo (el modelo “coacher” que evita que se junten los feligreses, ya que no soportan “a los hipócritas”) o si va a fomentar más bien las experiencias en grupo (mediante videoconferencias grupales, o chats cada vez más elaborados).

En ReL ya hablamos sobre los estudios de Robert D. Putnam, un especialista de Harvard sobre relaciones de amistad y felicidad. Con su colega Chaeyoon Lim, sociólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison, explicó en la American Sociological Review que está demostrado que lo que da más felicidad a la gente es compartir «encuentros regulares y experiencias religiosas con amigos de la congregación». Añadía que cuantos más amigos se tenga para compartir experiencias religiosas, más felicidad se obtendrá.

Pero eso sólo funciona cuando hay verdadero “encuentro”, las experiencias son verdaderamente espirituales (no quedar para planificar algo parroquial, sino quedar para rezar, alabar, cantar salmos, adorar…) y si se hace con amigos (no desconocidos ni meros conocidos).

El reto para Internet es poder aportar estas experiencias: el “juntar amigos” y hacer que la experiencia sea de verdad espiritual. Si lo consigue, las comunidades virtuales cristianas podrían desbancar a las presenciales, al menos en las comunidades eclesiales que no recurren con asiduidad a los sacramentos.

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NBCI rompe lazos con la Iglesia Presbiteriana por el matrimonio gay


NBCI rompe lazos con la Iglesia Presbiteriana por el matrimonio gay

Unas 34.000 iglesias locales negras agrupadas en la NBCI consideran que la Iglesia Presbiteriana de EE.UU. está “predicando un falso Evangelio”.

FUENTES Charisma News, Entrecristianos

NUEVA YORK 05 DE ABRIL DE 2015

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Un amplio grupo denominacional evangélico formado por unas 34 mil iglesias locales ha decidido cortar sus lazos con la Iglesia Presbiteriana de EE.UU. (PCUSA) debido a que esta denominación ha aprobado cambiar la definición tradcional de matrimonio para incluir el matrimonio entre personas del mismo sexo en su constitución. La iniciativa disidente surge del grupo denominado Iniciativa Nacional de la Iglesia Negra (NBCI por sus siglas en inglés) que representa a unos 1.5 millones de miembros que con esta decisión abandonan su pertenencia a la PCUSA.

El NBCI anunció que deja su afiliación a esta denominación presbiteriano catalogando como un «pecado contra toda la iglesia y sus miembros» que la PCUSA acepte la práctica homosexual. El presidente de la NBCI, Anthony Evans, señaló que la «NBCI y su base de miembros simplemente permanecen en la Palabra de Dios según la mente de Cristo. Instamos a nuestros hermanos y hermanas de la PCUSA a arrepentirse y ser restaurados en comunión».

Evans también expresa en estas duras declaraciones que la PCUSA está predicando un falso Evangelio. «El Apóstol Pablo nos advierte sobre esto cuando declaró en Gálatas 1:8 que hay quienes predicarán otro evangelio. Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema».

Además ha instado a otros cristianos que sigan el ejemplo de la NBCI y rompan los lazos con PCUSA. «En este caso, la PCUSA deliberadamente votó para cambiar la Palabra de Dios y la interpretación del matrimonio santo entre un hombre y una mujer. Es por esto que hay que romper la comunión con ellos y exhortar a toda la cristiandad a hacer lo mismo», señaló.

PCUSA, “IGLESIA INCLUSIVA”

La 221 Asamblea de la Iglesia Presbiteriana en Estados Unidos (principal órgano legislativo de la PCUSA) aprobó en junio de 2014 el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo como cristiano, al cambiar sus estatutos para definir el compromiso como la unión entre “dos personas” y no sólo entre “un hombre y una mujer”. También se aprobó permitir a los ministros celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo y se introdujo un cambio de política adicional a favor de permitir a los ministros que presidan bodas gays en los estados donde estos son legales y los líderes congregacionales lo aprueben.

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Leer más: http://protestantedigital.com/internacional/35805/34000_iglesias_salen_de_la_Presbiteriana_de_EEUU

La Ordenación Femenina, por Gordon H. Clark


La Ordenación Femenina, por Gordon H. Clark

Nota: Esta posicion pertenece a la Iglesia Reformada.Ellos consideran que la posición de la Reformed Presbyterian Church al negarse a ordenar mujeres es sólidamente bíblica (y II Juan capitulo 1????), contra la cual las probabilidades no tienen fuerza lógica.Este documento fue escrito por Gordon H. Clark y traducido por el Presbitero Saúl Alfaro.

Paulo Arieu

Autor: Gordon H. Clark

El Sínodo 154 de la Reformed Presbyterian Church, Evangelical Synod (RPCES) (Mayo 1976) recibió e incluyó en sus minutas el Informe de un Comité de Estudio sobre el Rol de la Mujer en la Iglesia. El Informe recomendaba la ordenación de las mujeres como diáconos. El asunto entre manos no es una cuestión de las diaconisas. Durante años la Iglesia Presbiteriana en U.S.A. (ahora U.P.C.U.S.A., United Presbyterian Church en U.S.A.) y la Reformed Church of America cooperaron en el apoyo a una Escuela de Diaconisas en Filadelfia, y sus graduadas sirvieron en aquellas denominaciones. La cuestión que ahora nos ocupa, sin embargo, no es el reconocimiento de la práctica presbiteriana, sino la propuesta totalmente diferente y novedosa para ordenar mujeres como diáconos.

Aunque el Comité de Estudio no aboga por la ordenación de mujeres como ancianos, aboga por la ordenación de mujeres. Debido a nuestra situación contemporánea, las acciones más recientes de la Iglesia Episcopal, es poco realista pensar que una iglesia que comienza con la ordenación de mujeres como diáconos pueda a la larga negarles la ordenación como ancianos. Este documento sin duda considerará el oficio de diácono, pero la cuestión de fondo es la ordenación de mujeres, como él título lo indica.

Dado que esta es una propuesta moderna, la carga de la prueba recae sobre los innovadores. Una breve nota sobre la historia clarificará este punto. Hebreos 5:1-4 muestra que los Sumo sacerdotes Judíos eran ordenados: todos ellos eran hombres. Un documento complementario en The Presbyterian Doctrine of Ordination también mencionará la ordenación, usualmente por el ungimiento con aceite, de oficiales menores en el Antiguo Testamento. La restricción judía de tal ordenación a los hombres sólo ha sido recientemente cuestionada por el judaísmo liberal. La Iglesia Católica Romana sólo ordena hombres. Uno de los argumentos de los altos clérigos en la Iglesia Episcopal, en relación con la alteración de su gobierno este año, fue que la ordenación de mujeres obstaculizaría la reunión ecuménica con Roma. La Reforma Protestante, con toda su oposición al romanismo, nunca cuestionó la práctica de ordenar solamente hombres. Ahora bien, si esta práctica ha continuado desde los tiempos de Abraham hasta 1960 más o menos, los que son innovadores seguramente deben llevar la carga de la prueba. La Confesión de Westminster en efecto dice, “Todos los Sínodos…pueden errar, y muchos han errado”. Por lo tanto es teóricamente posible que la Reformed Presbyterian Church esté en un error. Pero cuando el acuerdo es en todo el mundo por más de 4000 años, ello es, repito, extremadamente improbable. Por lo tanto una carga montañosa de prueba corresponde a los que abogan por la ordenación de mujeres. Suposiciones de posibles significados de gunaikas, por ejemplo, aun si “probablemente”, no son suficientes. Lo que necesita la denominación, antes de que pueda tener la autoridad para desechar el concepto histórico de la ordenación, es una prueba convincente.

El presente documento, en contraste con el Informe, sostiene que el procedimiento presbiteriano histórico es exigido por la Escritura. En conformidad con el tercer voto de ordenación de la Reformed Presbyterian Church, Evangelical Synod, nuestros ministros “aceptan la forma presbiteriana de gobierno de la iglesia como derivada desde las Santas Escrituras” (Form of Government V, 1). Por lo tanto, la conclusión aquí será que la Escritura definitivamente prohíbe la ordenación de mujeres. Para este fin sería posible examinar el Informe párrafo por párrafo. Pero puede ser una manera más ordenada. Por supuesto, los lectores de este documento deben tener el Informe delante de ellos; y las referencias al mismo serán lo suficientemente frecuentes. Pero el esquema, después de estas líneas introductorias, será:

I. La Cuestión que se Plantea

II. La Base del Debate

III. Asuntos Secundarios

IV. Los Pasajes Principales

I. LA CUESTIÓN QUE SE PLANTEA

Como ya se ha destacado en la introducción, y como deja claro el Informe, el problema no es el de la ordenación de diaconisas. La cuestión es la ordenación de mujeres como diáconos. Ahora bien, si tal cosa es admisible depende de la doctrina de la ordenación. ¿Es la doctrina reformada presbiteriana de la ordenación escritural, o no lo es y por lo tanto debe ser cambiada?

Es extraño que el Informe, tan largo como es, ponga tan poca atención a la doctrina de la ordenación. Puesto que la ordenación de las mujeres depende de algún punto de vista de la ordenación –un punto de vista en conflicto con los principios reformados- el Informe debería haber incluido una defensa masiva de su premisa subyacente. Esto no lo hizo.

La Sección F (132) trata la mayor parte de lo que el Informe tiene que decir. Comienza con una declaración relativa a la posición oficial de la Reformed Presbyterian Church, Evangelical Synod. Sin embargo, no declara esa posición correctamente; y en la medida en que las conclusiones del Informe dependen de esta inexactitud, ellas deben ser rechazadas. La declaración del Informe es: “Esta denominación…ha visto a uno de los elementos distintivos del rol del anciano a diferencia del de diácono tener la posesión de autoridad eclesiásticamente ligada”. Esta declaración contradice la Forma de Gobierno. Dado que el objetivo inmediato del Informe es defender la ordenación de mujeres como diáconos, tres temáticas necesitan atención. La ordenación es el integrador. Es el tema en cuestión. Los puntos subordinados son diáconos y mujer. ¿Qué dice sobre estos dos puntos la Forma de Gobierno, en su definición oficial de la política presbiteriana reformada?

Para citar, la Forma de Gobierno, V, 5 dice, “Los pasos formales por los cuales un joven se convierte en ministro ordenado…” No dice “una persona joven”, y no dice “un joven hombre o mujer”. Puesto que desde hace unos pocos años atrás, nadie abogaba por la ordenación de las mujeres, esta referencia a un hombre y no a una mujer nunca fue enfatizada ni repetida. En V, 8, la Forma de Gobierno simplemente dice, “Las calificaciones de tanto los ancianos docentes como los ancianos gobernantes…” “Los laicos, ordenados para el cuerpo de ancianos” es otra frase. Se dice también que estos ancianos tienen “un cierto gobierno o autoridad de gobierno”. La sección sobre los diáconos no es tan explícita. Si las mujeres hubieran sido vistas como posibles candidatos habría tenido que ser más explícito. El Informe toma la posición de que la Escritura permite la ordenación de mujeres como diáconos pero prohíbe su ordenación como ancianos. Si esta fuera la posición de la Reformed Presbyterian, la Forma de Gobierno habría tenido que declarar la diferencia explícitamente, claramente, y enfáticamente. No lo hace así. Lo que se dice explícitamente es, “El ministro propondrá entonces al anciano –o diácono elegido las siguientes preguntas: Ver la Sección 3 de este capítulo”.

Así que, los pastores, ancianos, y diáconos todos toman los mismos votos, con la única excepción que los pastores asienten a la pregunta 8; mientras los otros ministros –no pastores, ancianos, y diáconos –asienten a la pregunta 9. Ninguno de estos nueve votos explícitamente menciona la autoridad para enseñar. Pero si esta autoridad es asumida por un anciano, es también asumida por un diácono, porque los ancianos gobernantes, los diáconos, y los ministros no-pastorales son tratados como una sola clase. A continuación, en V, 9, d, en la ordenación de un diácono, el ministro dice, “Nosotros te damos la diestra de compañerismo para tomar parte de este oficio con nosotros”. Note que esta no es una ordenación de diáconos-elegidos por diáconos previamente ordenados, con la idea que entonces los ancianos son ordenados por ancianos. Tal cosa podría de hecho distinguir mayormente a los ancianos de los diáconos. Es el ministro el que dice al diácono electo, “Nosotros te damos la diestra de compañerismo para tomar parte de este oficio con nosotros”.

Pero la fórmula que remacha esto es lo que la Forma de Gobierno impone sobre la congregación: “¿Vosotros, los miembros de esta iglesia, reconocéis y recibís a este hermano como un anciano gobernante (o diácono) y prometéis rendirle todo ese honor, aliento, y obediencia en el Señor al cual…la Constitución de esta Iglesia le da derecho?”

En este punto parece apropiado concluir que el Informe basa su tesis sobre un punto de vista errado del gobierno de la Reformed Presbyterian. La Reformed Presbyterian Church, Evangelical Synod no distingue entre un anciano y un diácono por la falta de autoridad eclesiástica de este último. Al contrario, explícitamente afirma esta autoridad. La aplicación a las mujeres –a la luz de la Escritura aun por discutir- es automática. Ignorando nuestra constitución el Informe continúa, “Si esta distinción se mantiene, no hay ninguna necesidad de la cuestión de situar a las mujeres en autoridad sobre los hombres al ordenarlas como diáconos”. Pero si esta distinción inconstitucional fuera mantenida, no habría necesidad o razón para ordenar ya sea hombres o mujeres diáconos. La ordenación es la inducción a un orden autoritativo. Esto ahora devuelve la discusión de la ordenación de las mujeres como diáconos a la cuestión fundamental de la ordenación.

Hay varios puntos de vista en cuanto a la naturaleza de la ordenación. La única reconocida por el mayor grupo de personas es el del romanismo. En la reforma, Lutero claramente, Calvino con más claridad, y una gran parte de la población europea percibieron que la elaborada jerarquía romana con sus reclamos impresionantes contrastaban fuertemente con la sencillez de la iglesia como los apóstoles la habían organizado. Las reclamaciones romanistas dependían en gran medida, tal vez casi en su totalidad, de la premisa que la ordenación confiere un rasgo especial de sacerdocio con el fin de repetir el sacrificio de Cristo en la misa. En su oposición a la misa, todos los reformadores abominaron la jerarquía papal y defendieron rigurosamente la igualdad del sacerdocio de todos los creyentes. Sin embargo ni por esa razón ellos abolieron el ministerio ordenado.

Algunos lo hicieron. Los Anabaptistas radicales denunciaron todo el gobierno de la iglesia y el gobierno civil también. Más tarde, y continuando hasta el presente, los Cuáqueros y los Hermanos de Plymouth rechazaron un ministerio oficial. Aún más recientemente en oposición a la religión organizada, algunos grupos cerrarían los seminarios, clausuraron las puertas de la iglesia, vendieron los bienes raíces, y –a diferencia del anarquismo de los anabaptistas- gastaron los ingresos en establecer el socialismo.

Puesto que el Informe no discute estos movimientos, ya que de hecho no hace ningún esfuerzo para explicar su nuevo punto de vista de la ordenación, no es posible estar seguro de que dirección puede tomar más tarde este movimiento en nuestra denominación. Es claro, sin embargo, que el temperamento moderno entre la gente religiosa es más bien hostil a la “religión organizada” y favorece alguna forma de pietismo en lugar de la posición presbiteriana.

Ni Lutero ni Calvino aceptaron esta posición izquierdista. Calvino dice (Institutes, IV,iii,2), “Por medio de los ministros a quienes (Cristo) ha comisionado este oficio, y dado gracia para cumplirlo, él dispersa y distribuye su gracia a la iglesia,…Por lo tanto cualquier estudio para abolir este orden y tipo de gobierno,…o lo menosprecia como de menor importancia, traza la devastación, o más bien la ruina y destrucción de las iglesias”. Estas palabras muestran cuán altamente estimaba Calvino el orden ministerial. Que esto incluye a los diáconos también lo deja en claro un párrafo más adelante (IV, iii): “Las calificaciones de…los obispos son establecidas por Pablo en dos pasajes…La misma regla es prescrita para los diáconos y los gobernantes”.

Hay otros documentos históricos. La Confesión Francesa de 1559 dice, “Nosotros detestamos a todas las personas fantasiosas que desean grandemente…abolir el ministerio” (Art. XXV). El Segundo Libro de Disciplina de la Iglesia Escocesa dice, “Hay cuatro funciones ordinarias u oficios en la Iglesia de Dios, el oficio de pastor, ministro, u obispo; el doctor; el presbítero a anciano; y el diácono”. En los días de la reforma el objetivo principal era rechazar la teoría de la jerarquía papal, e insistir en el sacerdocio de todos los creyentes. Nuestros antepasados escoceses también se negaron a reconocer la ordenación anglicana de los diáconos porque esto era parte del esquema jerárquico. Pero ellos ordenaron diáconos, y tenían un estricto punto de vista del significado de la ordenación. Ellos rechazaron el “carácter indeleble” impuesto por la ordenación como la entendían los romanistas; pero no objetaron un “carácter indeleble”, una autoridad de toda la vida, como ellos mismos la definieron.

Es extraño, y quizás uno puede ser tan osado como para decir significativo, que el Informe que aboga por la ordenación de las mujeres tenga tan poco que decir acerca de la ordenación. Ya que el Informe, con el fin de permitir a las mujeres ser ordenadas como diáconos, excluye de la ordenación la atribución de autoridad, nadie puede estar seguro de qué teoría de la ordenación desea introducir el Informe en nuestra denominación. Se puede estar seguro, sin embargo, de que su punto de vista de la ordenación es destructivo de la política presbiteriana.

Durante la Reforma, la controversia se centró principalmente en el ministerio, menos en los ancianos, y mucho menos en los diáconos. Sin embargo los reformadores no pasaron por encima al último en completo silencio. Lutero en su Address to the Nobility, Junio 1520, dice, “Él (el ministro) debe tener como asistentes varios sacerdotes (el término sacerdote continuó siendo usado por un tiempo) y diáconos que deberían ayudarle a gobernar el pueblo y las congregaciones con sermones y la administración de los sacramentos”. La Confesión Francesa de 1559 (antes aludida) también dice, “Ella (la verdadera Iglesia) debe ser gobernada de acuerdo a la política que nuestro Salvador Jesucristo ha establecido, es decir, que haya pastores, supervisores, y diáconos”. Note que los diáconos forman parte del cuerpo gobernante. Las Ordenanzas de Ginebra de 1541 declaran algo similar: “…que el ministro distribuya el pan en buen orden y con reverencia; y que los otros no den la copa con excepción de los designados o los diáconos con los ministros”. Las Ordenanzas de 1576 hacen la misma declaración sobre los diáconos. Una vez más, lo que Calvino dice acerca de las mujeres que realizan el bautismo es seguramente aplicable a las mujeres que podrían actuar como diáconos. En su Tracts él dice, “Incluso en los asuntos más nimios, como la carne y la bebida, lo que intentamos y atrevemos con una conciencia dudosa, Pablo claramente lo denuncia como pecado. Ahora, en el bautismo por mujeres, ¿Qué puede haber con certeza, mientras una norma dictada por Cristo es violada? Porque ese oficio del Evangelio el cual él asignó a los ministros, las mujeres se lo apoderan por ellas mismas”. Además, la respuesta de Calvino al Synod of Lyons en 1563 (Synodicon I, 53) dice, “Los diáconos y los ancianos, siendo los brazos y manos del Pastor…pueden también distribuir (el pan y la copa) a aquellos que están alejados (del pastor)”.

En estos pasajes la mención de los diáconos es digna de notarse porque había una renuencia generalizada a permitir diáconos e incluso ancianos para ayudar en el servicio de la comunión. Calvino obviamente considera a los diáconos como teniendo autoridad en virtud de su ordenación. Ellos están sin duda subordinados al ministro. La ordenación confiere al ministro la autoridad para predicar la Palabra, y puesto que los sacramentos requieren la Palabra, la ordenación confiere la autoridad para administrar los sacramentos, y también junto con otros hombres ordenados, la autoridad de las llaves. Pero aunque los diáconos están subordinados al ministro, ellos participan en esa autoridad. Las preguntas de la ordenación son las mismas; el ministro recibe al diácono como tomando “parte de este oficio con nosotros”; y la congregación promete obediencia al diácono.

II. LA BASE DEL DEBATE

El problema ha sido establecido claramente. Es la doctrina reformada de la ordenación. Esta doctrina no es la teoría prelaticia y jerárquica de Roma, ni es el caos anárquico de los anabaptistas. Pero ¿cuál de los tres puntos de vista es correcto? Obviamente la Reformed Presbyterian Church prohíbe la ordenación de mujeres. Puesto que, sin embargo, “Todos los Sínodos y concilios desde el tiempo de los apóstoles…pueden errar, y muchos han errado”, es teóricamente posible que el gobierno presbiteriano reformado este errado. Pero es altamente improbable que el presbiterianismo esté equivocado en este punto en particular. Los creyentes judíos antes de la venida de Cristo, como también los judíos incrédulos después, no tenían mujeres como sacerdotes. Ni el romanismo, Ni el luteranismo. Entre estos grupos hay diferencias en cuanto a la naturaleza de la ordenación, su validez, su autoridad, y más; pero todos coinciden en que es un error ordenar mujeres. Ahora bien, donde los Rabinos Eliezer y Agiba; Papas León y Gregorio; y Lutero, Calvino, y Knox concuerdan sobre un punto en particular, se requiere un argumento abrumador para probar que están equivocados. ¿Sobre qué base podría alguien construir tal argumento? Sólo hay una base tal la Biblia.

El Informe, no sólo se debe reconocer alegremente sino también agradecer, apela a la Escritura sola. Si fuera de otro modo ellos y nosotros no tendríamos una base común de discusión. Sin embargo el documento presente considera pobre la exégesis del Informe y su argumento inválido, el Informe debe ser muy elogiado por su repetido rechazo de la idea de que partes de la Escritura nos son obligatorias hoy día porque fueron culturalmente condicionadas. Dado que este rechazo no es la postura actual de la comunidad religiosa, es pertinente uno o dos párrafos subrayando el contraste.

El Dr. Paul King Jewett es particularmente un buen ejemplo, porque ha recientemente argumentado por la ordenación de las mujeres. Él no tiene problema con el material escritural; él incluso está de acuerdo sustancialmente en que el punto de vista defendido en este documento es escritural; pero el simplemente rechaza los errores del apóstol Pablo como culturalmente condicionado. También el seminario en el cual enseña el Dr. Jewett, es un buen ejemplo. Varios de sus miembros han participado públicamente en la polémica contra la infalibilidad de la Escritura. Los miembros más conservadores de la facultad renunciaron y dejaron el seminario, algunos años atrás, todavía el seminario todavía pretendía ser evangélico. Ellos deberían llamarse a sí mismos modernistas, porque su posición es en gran medida la misma que la de los modernistas a principio del siglo. Sus tácticas son también similares, en degradar tanto el lenguaje con el fin de vaciar el término evangélico de su significado histórico, ellos repiten la degradación del término “la divinidad de Cristo” de los primeros modernistas para dar cabida a Homero y Shakespeare, si no a la divina Sara. Esta penetrante influencia del liberalismo se ve más claramente en las grandes denominaciones apóstatas. En ellas un ministro puede ser expulsado o a un candidato se le puede negar la ordenación por desaprobar la ordenación de mujeres. Pero la influencia del liberalismo también se puede ver, aunque sea en forma modificada, en las iglesias más conservadoras. Incluso en nuestra iglesia debemos considerar como miopía discutir un tema como la ordenación sin tomar en consideración las condiciones que nos presionan desde todos lados. Ya que las ideas liberales impregnan a toda la comunidad religiosa, los presbiterianos reformados harán bien en combatirlas aun en sus formas incipientes. Demasiados seminarios y denominaciones se deslizan en la apostasía casi imperceptiblemente. Que los herederos de los pactantes no encuentren este destino.

Una muestra reciente, pequeña, pero alentadora en el horizonte fueron los 135 sobre 74 votos contra la ordenación de las mujeres en el General Synod of the Associate Reformed Presbyterian Church de 1976. Ellos incluso votaron en contra de una moción para distribuir el informe de los defensores a la sesión “para devota consideración”.

La exitosa introducción de la ordenación de las mujeres en las iglesias liberales está vinculada con el panorama general de la liberación de las mujeres. Además de los excesos de la filosofía izquierdista, la permisividad de los padres y la sociedad, y la presión sobre los presuntos derechos de la mujer incluso permitiendo a una adolescente a obtener un aborto en desafío a sus padres –al margen de este tipo de cosas, es dudoso que alguien se hubiera agitado por la ordenación de las mujeres. La mención de la liberación de la mujer y de la muy grande inmoralidad de nuestros tiempos no pretende difamar a los autores del Informe. Nadie les acusa de estar sentados cautivados a los pies de Bella Abzug. Por el contrario, el procedimiento del Informe apela explícita y totalmente a la Escritura. En esto se diferencia completamente de los procedimientos habituales. ¿Hay alguna instancia, en alguna denominación, este tipo de agitación sobre fundamentos estrictamente escriturales? El presente Informe parece único. Estamos agradecidos por su dependencia de la Escritura. No obstante las actuales inclinaciones sociológicas tienden a producir una recepción más favorable de esta propuesta que lo que la Escritura justifica. Con la base explícita del Informe, este documento está totalmente de acuerdo e insta a todos los lectores a consultar la Escritura sola.

III. ASUNTOS SECUNDARIOS

Algún material escritural, sin embargo, apoya el tópico principal sólo en un pequeño grado. Otros pasajes se relacionan más directamente, y unos pocos pueden ser decisivos. Los de primera clase no pueden ser completamente omitidos, porque el Informe contiene una cantidad considerable de ellos, pero quizás en esta breve réplica será aceptable.

Uno de esos puntos secundarios es la cuestión de las mujeres orando en el servicio público de la iglesia. El Informe discute esto en cierta extensión. La razón es clara. Si Pablo ha realmente prohibido a las mujeres a orar en público, él ciertamente no les habría permitido ser ordenadas. De ahí que el Informe deba combatir esta interpretación. Por otro lado, si Pablo permitió a las mujeres orar en público, de ningún modo se desprende que él las habría ordenado. Este punto de la lógica es suficiente para mostrar la inutilidad de varios pasajes de Informe. Sin embargo, una palabra a favor de la interpretación más obvia contará en contra de la ordenación. Los versículos dicen, “Que vuestras mujeres guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar…Es una vergüenza que las mujeres hablen en la iglesia” (1 Corintios 14:34-35). El Informe (116) señala un “aparente conflicto” entre la oración de las mujeres en el capítulo 11 y su silencio en el capítulo 14.

¿Puede la ordenación resolver este aparente conflicto? ¿No es posible, y mucho más fácil, usar otro método? Puesto que la última referencia a los Corintios ordena silencio, y por lo tanto excluye la ordenación, el único problema es el de la contradicción. Sobre este punto se pueden decir dos cosas. Primero, como lo reconoce el Informe mismo, las oraciones de mujeres que permite Pablo pueden haber tenido lugar en reuniones informales de oración. O, lo que el Informe no considera, que las oraciones pueden haber sido hechas en los propios hogares de las mujeres. Por supuesto, como dice el Informe en la parte inferior de la página 115, “Estos textos claramente presumen que las mujeres oraban y profetizaban”. Pero el punto en cuestión es ¿dónde y cuándo? El texto no dice “en la iglesia”. Por lo tanto estas palabras no deben ser insertadas. Luego cuando otro texto dice explícitamente, que las mujeres guarden silencio en la iglesia, se deduce que 1 Corintios 11 no puede significar “en la iglesia”. Debe referirse a algunas reuniones informales, tales como las de nuestras sociedades misioneras de mujeres. El Informe reconoce que esto resuelve el problema de la supuesta contradicción. Pero rechaza la solución porque “es dudoso que el caso pueda ser sostenido exegéticamente”, (116).

¿Dudoso? No mucho. La claridad del capítulo 14 y la ausencia en el capítulo 11 de las palabras “en la iglesia” parecen ser exegéticamente suficiente. Por una parte, en la medida que la cuestión principal de la ordenación se va, no es necesario sostener esta interpretación exegéticamente. El punto inmediato es la solución de una aparente contradicción, e incluso el Informe está de acuerdo en que la interpretación dada aquí es satisfactoria. Por otro lado, la interpretación del Informe no puede ser sostenida exegéticamente. ¿Cómo se puede extraer del versículo las palabras que no existen? Sin embargo, el Informe debe ofrecer seguridad exegética porque le corresponde la carga de la prueba. Pero que había –actual e históricamente, ocasiones de oración y profecía distintas que el servicio regular en la iglesia, y que por lo tanto la interpretación actual no depende de suposiciones sin fundamento, es claro, si no de Hechos 11:28, al menos de Hechos 21:9-11. Lo que Ágabo hizo difícilmente cabe en un servicio de adoración; y la exégesis no puede negar que las hijas de Felipe profetizaron, como Ágabo, cuando no había servicio de la iglesia en progreso.

El resultado de este análisis es (1) que las páginas 115-117 del Informe difícilmente sostienen la cuestión en absoluto; (2) que la solución rechazada en la página 116 sigue siendo satisfactoria; y (3) que la conclusión del Informe: “1 Corintios 11:5 probablemente se refiere a los servicios de adoración pública” no es más probable, y probablemente menos convincente que lo que el Informe rechaza como una “débil posibilidad”. Hay que insistir en que los defensores de la ordenación de las mujeres, no aquellos que defienden los principios oficiales de la Reformed Presbyterian, deben producir la “evidencia externa convincente”. La carga de la prueba corresponde a los innovadores, no en aquellos que mantienen los estándares actuales.

Otro asunto secundario concierne a las capacidades estilísticas de Pablo. Con el fin de sustituir su interpretación por una más obvia, el Informe argumenta en varios lugares que no puede haber una “ruptura violenta” en el tema entre los dos versículos en cuestión. Debe haber una transición sin problemas. Ahora bien, es cierto que, la mayoría de los versículos se conectan lógicamente con sus versículos precedentes y los sucesivos. De lo contrario no podría haber una discusión continua. No obstante, se producen saltos de párrafos; y a veces hay dos o más cambios repentinos en muy pocas líneas.

El mejor ejemplo es el bien conocido pasaje de Romanos 5:12-19. Allí, el pasaje tiene un simple tema, pero Pablo lo mezcla junto con muchos hilos de un tema complejo. Hay paréntesis dentro de paréntesis, y la sentencia llega a ser tan complicada que Pablo la rompe y comienza otra vez en el versículo 18. Mentes activas como la de Pablo, son aptas para escribir oraciones intrincadas, incluyendo las observaciones entre paréntesis. Y saltan hacia atrás y hacia adelante como sus pensamientos vienen en profusión. Nota por lo tanto otro ejemplo: 1 Timoteo 5:17ss., una epístola si no un capítulo que ocupa muchas páginas en el Informe. Después de discutir la difícil situación de las viudas en la primera mitad del capítulo, Pablo vuelve a la admonición del Antiguo Testamento que las congregaciones deben sostener a sus pastores; luego vienen instrucciones relativas a los casos judiciales; después una advertencia contra la ordenación de hombres jóvenes, o cristianos recién convertidos; a continuación algunos consejos medicinales a Timoteo. Finalmente, dos versículos –que no conectan con el consejo medicinal- son lo suficientemente vagos como para hacer cualquier conexión incierta. En vista de tales ejemplos como estos, y hay otros, este documento no renunciará a su interpretación cuando el argumento en favor de su sustituto depende tan fuertemente del supuesto que Pablo debe escribir tan suavemente como el Informe espera. De hecho el Informe mismo (83) tiene que ajustarse a una “transición abrupta”.

La pregunta de Febe

Bajo la rúbrica de “Asuntos Secundarios” hay diferencias en grados. Una cuestión no tan secundaria es el uso del término diácono en el Nuevo Testamento. Si el Nuevo Testamento contiene aun una simple instancia de la elección y ordenación apostólica de una mujer como diácono, el hecho sería conclusivo. Sin un ejemplo, sin embargo, el argumento nunca puede ser conclusivo. Lo mejor que se puede hacer es hacer referencia a Romanos 16:1, donde Febe es llamada diakonon, y de esto infieren que los miembros de la iglesia habían elegido y que acto seguido los apóstoles la habían ordenado.

Tal inferencia no es válida. Nótese que en Hechos 6:1 había una diaria diakonia antes que los “diáconos” fueran elegidos y ordenados. La palabra originalmente no era el nombre de un oficial ordenado, sino que designaba a cualquiera que servía a las necesidades de los demás. En Juan 2:5, 9 se refiere a quienes estaban sirviendo el banquete matrimonial. Compare Mateo 22:13. En Juan 12:26 se refiere a cualquier siervo fiel de Cristo. De allí el término se puede aplicar a Febe, o a cualquier otro cristiano, sin implicar la ordenación. De hecho, el término va tan lejos, que incluso se refiere a los siervos de Satanás (2 Corintios 11:15).

En 1 Timoteo 4:6, Timoteo es llamado un siervo, un diakonos; aunque él era un anciano u obispo y no un “diácono”. Así también los mismos apóstoles son llamados siervos: Hechos 6:2 dice que los apóstoles habían estado sirviendo (diakonein) la mesas, pero a partir de ahora ellos deben abandonar esta tarea y entregarse al ministerio de la Palabra (diakonia tou logou). Cuando se observa que los siete elegidos no fueron llamados “diáconos” en este pasaje, y que el verbo diakonein se aplica a los apóstoles, ¿Debemos concluir que Febe era un apóstol? Todo lo contrario; el término diakonos era un nombre dado a cualquier sirviente. Su aplicación a Febe en Romanos 16:1 no tiene ninguna connotación de ordenación.

El Informe trata de disponer de esta afirmación en la página 134. “Debido a que la palabra diakonos puede ser traducida como ‘diácono’ o ‘sirviente’ es importante tener en cuenta que Pablo no eligió usar la forma femenina de la palabra sino más bien rompió el género para identificar a Febe con la forma masculina del sustantivo (itálicas en el Informe). Esto sugiere muy fuertemente que él no estaba simplemente llamándola un sirviente…sino que estaba más bien usando un término formal identificándola como un diácono”. Pero ¿Dónde ocurre en la literatura griega tal forma femenina de la palabra? Ni Liddell and Scott ni Arndt and Gingrich enumeran alguna forma femenina. Al contrario, ambos citan pasajes en los cuales la forma masculina se aplica a las mujeres.

Con respecto a las formas masculinas y femeninas de los sustantivos griegos, otro punto merece mención. El Informe es único en que recomienda la ordenación de mujeres para diáconos pero prohíbe su ordenación como ancianos. Las propuestas y su adopción en otras denominaciones incluyen y de hecho presionan a la ordenación como ministros. Esto es debido a que estas otras denominaciones tienen poca consideración por la Escritura, mientras que el Informe desea seguir a la Biblia. El Informe no tiene ninguna inclinación a sostener que la Biblia permite a las mujeres ser ordenadas como pastores. No obstante uno puede preguntarse si la ordenación de las mujeres como pastores puede ser evitada una vez que el impulso ha comenzado en su ordenación como diáconos. De hecho es posible adivinar una parte del argumento futuro. Se señalará que si nosotros ahora ordenamos mujeres como diáconos, aunque no hay tal forma como diakone en el Nuevo Testamento (u ¿otro lugar?), Debemos aún más ordenar mujeres como pastores porque 1 Timoteo 5:1, 2 explícitamente menciona presbuterai (mujeres ancianas) como también presbuteroi (hombres ancianos).

Las palabras diakonos y presbuteros no son los únicos ejemplos de palabras usadas coloquialmente, las cuales nosotros casi sin excepción usamos técnicamente. La palabra iglesia (ecclesia) es otro ejemplo. En Hechos 2:47 el Señor añade convertidos a la “iglesia” diariamente; y el contexto muestra lo que la iglesia significaba. Pero la tumultuosa asamblea de paganos en Éfeso es tres veces llamada la ecclesia (Hechos 19:32, 39, 40). De aquí que el término diakonos, aplicado a Febe, no es evidencia de que ella haya sido ordenada. Pero se dice que Febe no era meramente una sierva del Señor, ella también era prostatis de muchos. El argumento es que prostates (masculino) y por lo tanto prostatis(femenino) significan gobernante, autoridad, defensor, guardián, oficial que preside, patrón, etc. Así Febe era un oficial regularmente ordenado con autoridad sobre mucha gente.

Desafortunadamente la forma masculina no ocurre en el Nuevo Testamento y la forma femenina sólo está una vez. El verbo, sin embargo, se produce alrededor de siete veces y ciertamente indica autoridad y mando. Para los que abogan por la ordenación de mujeres, esta palabra parece ser una fuerte evidencia, y quizás conclusiva. Pero sin duda uno debe tener más de un hápax legomenon para volcar miles de años de proceder eclesiástico. Tampoco es todo lo que se puede decir. Porque el versículo mismo dice que Febe era una prostatis para Pablo mismo. Así que Pablo debió haber sido un miembro inferior de la orden de la cual Febe era presidente y gobernador. Al contrario de estas inaceptables inferencias, este documento concluye que Febe fue una fiel sierva que había sido de gran ayuda para mucha gente y para Pablo mismo, como la suegra de Pedro sirvió (diakonei) a Cristo en Mateo 8:15.

Esta sección sobre asuntos secundarios ahora ha sondeado el tema de las mujeres orando en la iglesia, las peculiaridades estilísticas de Pablo, y el uso del término diácono. Pero como la discusión continúa, el material lleva más y más directamente al tema principal.

IV. LOS PASAJES PRINCIPALES

1 Timoteo 2 es seguramente el de mayor importancia. Tras una primera lectura parece descartar definitivamente la ordenación de las mujeres. De hecho una segunda y una tercera lectura confirman esta impresión. En efecto el capítulo va más allá de prohibir tales ordenaciones: incluso prohíbe a las mujeres orar en los servicios públicos.

Contra esta clara declaración el Informe lucha con cierta extensión (70-90). En primer lugar señala que el tema del capítulo es “la oración en la iglesia”. Esto por supuesto es cierto, pero puede dar lugar a un malentendido. El capítulo 2 es una subdivisión de la epístola como un conjunto, el tema del cual es más amplio que la oración. 1 Timoteo cubre el tema general de la adoración, y por lo tanto Pablo puede pasar de la oración a otras fases de la adoración. Al reducir el tema a la oración, el Informe quiere evitar una presunta ruptura violenta supuestamente exigida por la interpretación usual. El Informe es extremadamente detallado y debe ser consultado. Sería irrazonablemente pesado examinar aquí cada línea. Pero en general el Informe sostiene que en la interpretación usual, habría una ruptura imposible “porque realmente no presenta el pretendido contraste de Pablo sino que trata el v. 8 (los hombres orando con manos santas) como si estuviese junto a los vs. 11ss….” (80). El argumento del Informe parece depender de la suposición que Pablo no habría considerado aquí, en el mismo versículo, dos temas –de hecho- relacionados, un tema principal y una parte subordinada.

El argumento del Informe es defectuoso en varios puntos. El párrafo (1) en la página 80 dice, “Si la comparación intentada es los roles sexuales, el comentario sobre las manos santas…oscurece seriamente el punto central pero tácito de Pablo de que las mujeres no deben orar”. A esto, se puede responder que no hay sólo un punto “central” en el pasaje, a menos que sea el tópico general de la adoración ordenada. Muchos versículos en la Escritura contienen varios puntos distinguibles. Aquí, además de las manos santas y la ropa decorosa, los “roles sexuales” difícilmente pueden pasar inadvertidos. Lejos de ser “tácito”, como extrañamente repite el Informe tres veces más, el versículo 12 dice, “ella debe estar en silencio”. Este silencio está en consonancia con la progresión del pensamiento en los versículos 8 y 9. Los hombres deben orar (en la iglesia), las mujeres deben vestir modestamente, y aprender en silencio y sujeción. El versículo 10, no el versículo 9, puede ser un paréntesis aparte, pero tal cosa no está ausente del estilo de Pablo, pero no hay una ruptura violenta o “un paréntesis aparte que oscurezca seriamente el punto central de Pablo…”

El Informe da mucha importancia a la palabra hosautos en el versículo 9. El Informe admite que sería un error traducir el versículo como, “Del mismo modo quiero que las mujeres también oren” (80). Esta es una admisión bienvenida, pero el Informe aparentemente falla en ver como socava sus propios argumentos. Primero, se debe insistir en que la prohibición de la oración pública de las mujeres no es “tácita”. El Informe al menos tres veces afirma que es tácito, y sobre esta afirmación errónea construye parte de su argumento. Segundo, hosautos kai conduce ciertamente a un tipo de paralelo. Pero el Informe ya ha admitido que no hay paralelo, “Yo quiero que los hombres oren…Y también quiero que las mujeres oren”. Por esta razón el paralelo puede ser tan pequeño, “Yo quiero que los hombres oren con manos santas y quiero que las mujeres oren vestidas con modestia”. Y por esta razón el argumento de las páginas 80-82 debe ser declarado un fracaso.

Ahora es seguro que alguien pregunta, ¿Pero entonces cuál es el paralelo? Esta es una pregunta legítima, pero es permisible para decidir que el punto de vista del Informe es imposible sin ser capaz de responder esta cuestión. El punto de vista del Informe es imposible debido a la orden verbal (escrita) de silencio. Sin embargo, una respuesta plausible a la pregunta está a la mano, y el Informe mismo lo insinúa vagamente (p. 82, último párrafo de la sección). En pocas palabras es esto: Las ideas de Pablo vienen a él en profusión; el tema principal aquí es la adoración pública y no la oración solamente; por lo tanto se pueden aceptar las palabras, si no la intención, del Informe (p. 82 al final), “a continuación de la discusión de Pablo de la oración…entendida como discusión…la adoración”. Si es así, Pablo ha dicho, “Los hombres deben adorar levantado manos santas en la oración, de igual forma también las mujeres deben adorar vistiendo modestamente y permaneciendo en silencio”.

Así es la conclusión propuesta aquí. Pero un punto adicional es que la redacción del Informe es más errónea cuando dice, “debemos preguntarnos si es de algún modo una inferencia defendible que las mujeres estén en silencio todo el tiempo en las asambleas paulinas” (p. 82). Por supuesto que no es una inferencia defendible. La inferencia es exactamente lo contrario: Las mujeres no siempre estuvieron en silencio en las asambleas paulinas; es por eso que Pablo escribió para corregir el desorden. Una peculiaridad similar ocurre en la página siguiente también: “¿Por qué surgen los problemas de la oración, la profecía, y la enseñanza, si él nunca permitió a las mujeres hablar en las iglesias?” (p. 83, última línea). Uno podría preguntar también en cuanto a 1 Corintios 7, ¿Por qué surgió el problema del incesto, si Pablo nunca había permitido el incesto en sus iglesias?

Dado que el resto de la primera parte (pp. 84-90) es interesante, instructivo, y sustancialmente aceptable –de hecho, ya que este material se compromete más con la posición Presbiteriana Reformada y menos con las conclusiones del Informe, y de nuevo desde su firme rechazo de “las limitaciones culturales” es tan gratificante –y puede que no sea del todo impropio saltar a las páginas 132ss. sobre 1 Timoteo 3:8-13. Que el Informe en esta página no declara precisamente la posición Presbiteriana Reformada ya ha sido aclarado. Pero el “debate exegético sobre 1 Timoteo 3:11-2”, sobre el cual “pende la demostración del mandato bíblico” para la ordenación de las mujeres, “se centra en el significado de la palabra gunaikas”. Por lo tanto el Informe debe demostrar, mediante estricta implicación válida –o como dice la Confesión, “por buena y necesaria consecuencia”- que gunaikas debe significar “mujeres diáconos”, y que no puede significar posiblemente esposas de diáconos o ancianos.

Lejos de ser una deducción necesaria, el argumento del Informe es deficiente tanto en las premisas como en el procedimiento. Note su punto de partida en la página 133: “confiadamente podemos descartar (el punto de vista que gunaikas signifique mujeres en general o que signifique esposas de ancianos y diáconos)”. Esta confianza, sin embargo, está basada en la afirmación que “no sería probable que Pablo rompiera su hilo de pensamiento”. Pero, primero, la probabilidad no es demostración. Segundo, ya hemos visto cuan frecuentemente Pablo “rompe su hilo de pensamiento”. Y tercero, él no rompe realmente su hilo de pensamiento, a pesar de que él puede intercalar ideas entre ellos. De ahí que en el Informe “probable” e “improbable” (p. 133) no tengan fuerza en probar su conclusión.

Es cierto aquí que si Pablo hubiese insertado un tas (artículo) o un auton (pronombre), no habría habido dudas en cuanto a la traducción de esposas. Pero entonces Pablo con suficiente frecuencia omite el artículo donde el inglés lo requiere. El Informe afirma que la traducción de la King James “gratuitamente” suple la palabra su. Pero si ni Pablo ni la congregación tenían alguna idea de la ordenación de mujeres, el artículo o el pronombre era innecesario. El argumento del Informe tiende a la circularidad: Su es gratuito porque Pablo quiso decir mujeres diáconos, y él quiso decir mujeres diáconos porque gunaikas no significa esposas, y gunaikas no significa esposas porque el su de la King James es gratuito. De ahí que Pablo aprobó la ordenación de mujeres.

El Informe después vuelve a lo que es “improbable”: “Es improbable que él comentara cuidadosamente sobre las esposas de los diáconos y descuidara a aquellas de los ancianos”. Pero esto, también, es más bien circular. ¿Cómo prueba el Informe que Pablo omitió hablar de las esposas de los ancianos, si él realmente hablaba de las esposas de los diáconos? Sólo sobre la base antes establecida de que “no sería probable que Pablo rompiera su hilo de pensamiento concerniente a los diáconos”. Por el contrario, es muy posible –y por el texto muy probable que- que después que Pablo ha hablado de los ancianos (3:1) y los diáconos (3:8), él insertase un comentario entre paréntesis (3:11) en relación con sus esposas, las esposas de los ancianos como también las esposas de los diáconos.

El Informe toma nota de esta última interpretación, pero afirma que su propio punto de vista es “más probable”. Ahora aparte del hecho que el presente artículo no piensa que la interpretación del Informe sea más probable –de hecho lo considera menos probable e incluso muy improbable- se debe insistir en que la conclusión del Informe requiere consecuencia necesaria y argumento válido. Una probabilidad dudosa acerca de un simple verso no es suficiente para revocar el punto de vista presbiteriano de la ordenación.

El Informe continúa con un argumento acerca de Febe, pero este fue desechado hace unas pocas páginas. Febe nunca fue “la señora Presidente” (p. 134) para Pablo.

Este es el final del argumento del Informe. Siguen las “Conclusiones y Recomendaciones”. Este es también el final del argumento de este documento. Su conclusión puede ser fácilmente anticipada.

Usando la redacción del Informe (Diakonate, p. 135), pero contradiciendo su sentido por trasponer positivos y negativos, la conclusión es:

El oficio de diácono es un oficio que involucra el ejercicio de autoridad eclesiástica. En las iglesias paulinas estuvo cerrado para las mujeres. Por lo tanto debe ser cerrado para las mujeres en nuestras iglesias. Y además – junto con el papa, John Knox, la Iglesia de Escocia, y toda la Cristiandad- creemos que la posición de la Reformed Presbyterian Church al negarse a ordenar mujeres es sólidamente bíblica, contra la cual las probabilidades no tienen fuerza lógica.

TRADUCCIÓN: Pb. Saúl Alfaro


http://reformadoreformandome.wordpress.com/2014/06/16/la-ordenacion-femenina-por-gordon-h-clark/