La escabrosa realidad de la vida de modelo | A cara lavada
Carré Otis en 1989 / Foto: Getty Images
Carré Otis fue una de supermodelos icónicas de los años 80 y 90 en Estados Unidos. Quizá la recuerdes porque fue esposa del polémico Mickey Rourke. Carrie irradiaba sensualidad y pronto se convirtió en el ejemplo de mujer al que aspiraron muchas niñas. Se convirtió en un sex-symbol cuando debutó como actriz para la película «Wild Orchid» en 1989.
«Había un tipo de cartas que siempre me dejaban intranquila: eran el 80% de cartas de fans que recibía. Eran las cartas de las niñas de entre 10 y 15 años buscando mis consejos sobre cómo convertirse en lo que yo solo estaba pretendiendo ser. Querían mis consejos y mis ‘secretos’ de belleza. Pero yo no estaba dispuesta a revelar los verdaderos secretos: los comportamientos destructivos y mi tormento interno. Estaba guardando esos secretos no solo de mis fans más fervorosos, también de mí misma.»
Carré Otis en 2011 / Foto: NBC NewsWire vía Getty ImagesAsí que la modelo confiesa que detrás de su envidiable figura no había más que vómitos, hambre y drogas. Que las poses sexies y felicidad de sus retratos no eran más que que un acto construido para cubrir traumas de abuso sexual, incluyendo varias violaciones de parte de su agente. Detrás de su inmaculada piel y envidable cabellera había muchoairbrush, extensiones de cabello, y maquillaje para esconder los signos de inanición, desidratación y falta de sueño.
«La verdad tan bien guardada es que me ejercitaba un mínimo de dos horas al día, siete días a la semana… La base de mi dieta eran de cuatro a seis tazas de café negro al día, evitando cualquier gota de leche descremada porque estaba aterrada de las calorías extra… Gradualmente mis dientes se tornaron amarillos de tanto café, nicotina y el desgaste del esmalte por la bilis (resultado de la acidez estomacal que tenía por no comer y vomitar)… Una mañana me enviaron a emergencias con palpitaciones – la culminación de 20 años de pasar hambre. Resulta que había creado tres agujeros en mi corazón y necestiaba urgentemente una cirugía de ablación. En tu carta dices que «morirías por verte como [yo].» Bueno, eso es casi lo que yo hice. ¿Me preguntas cómo me sentía al verme así? Se sentía, literalmente, como un corazón roto.»
- «¡Oh almas adulteras! ¿No sabeis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.» (Stgo 4:4)
Dios le bendiga mucho y recuerde que la moral es un bien muy precioso.Cuídela mucho por lo tanto.
Paulo Arieu
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