¿Por qué odio el evangelio de la prosperidad?


¿Por qué odio el evangelio de la prosperidad?

En una ocasión, el teólogo John Wesley dijo lo siguiente:

“Cuando tengo dinero, trato de deshacerme de él lo antes posible para que no encuentre camino a mi corazón”.

Eso es algo que uno no suele escuchar mucho hoy en día, ¿eh? En especial en muchas congregaciones que son seducidas por culpa del famoso, peligroso y cancerígeno “evangelio de la prosperidad”.

¿Prosperidad?

photo credit: Tracy O

Me entristece ver como ese falso evangelio está haciendo tanto daño a las multitudes y manteniendolas en placebos. Para colmo, algunos “cristianos” no hacen nada contra ese movimiento porque “hay que ser tolerantes”. Eso es lamentable. Parafraseando a C.S. Lewis,  la tolerancia a lo que está mal en las congregaciones es la virtud de los “cristianos” sin convicciones.

Amar a Dios es odiar todo lo que Él odia y todo lo que hace mal a nuestro prójimo. No luchar contra lo que está mal, es aprobar ese mal, ya que Jesús mismo dice que quien no está con Él, está contra Él (Lc 11:23). No defender la verdad es negarla.

Algunas personas me han preguntado por qué odio el evangelio de la prosperidad. Esta es mi respuesta corta:

Porque es apostasía.

Porque saca versículos de contexto y no predica al verdadero Jesús ni el verdadero propósito de Dios para nuestras vidas.

Porque quienes lo predican son hipócritas, ladrones y hacen daño a la difusión del verdadero evangelio.

Porque gracias al evangelio de la prosperidad, muchas personas tienen la oportunidad de generalizar injustamente y decir que todos los pastores cristianos son hipócritas. Además, el evangelio de la prosperidad fomenta el ateísmo.

Porque le ofrece a las personas naturales lo que ellas quieren escuchar y no lo que en verdad necesitan.

Porque Jesús vino para darnos más que bienes terrenales.

Porque es una contradicción amar a Jesús mientras se ama un falso evangelio. Los verdaderos cristianos no buscan a Dios por riquezas.

Porque amo a las multitudes. Amo a las congregaciones y no quiero que sean dirigidas al camino que conduce a la muerte y la ruina.

Porque es parecido a lo que predicaban los fariseos.

Porque el evangelio de la prosperidad es lo mismo que el diablo le dijo a Jesús en el desierto, pero con acento latinoamericano/estadounidense.

Porque muchas veces habla de “hacer pactos” con Dios, cuando en la Biblia Él nunca aceptó un pacto propuesto por hombres.

Porque solo hace “prosperar” a quienes lo predican. Qué curioso, ¿no?

Porque en mis 21 años estando cerca de personas evangélicas, y en mis casi 4 años conociendo a Dios hasta ahora, NUNCA he conocido a una persona que se haya hecho rica por ofrendar, diezmar, pactar, sembrar o dar alguna primicia.

Porque la prosperidad que Dios quiere darnos va más allá de la que predica el evangelio de la prosperidad. Más que ser prósperos en salud y finanzas, Dios quiere que seamos prósperos en el interior.

Porque predica a Jesús como si él fuese un genio mágico.

Porque ha engañado a muchas personas y las ha llevado a la bancarrota.

Porque una persona pobre no será feliz cuando sea rica, y una persona rica no tendrá su alma satisfecha cuando sea más rica.

Porque fomenta mucha pereza en las congregaciones.

Porque también fomenta comparaciones que no agradan a Dios.

Porque en ese evangelio no se nos llama a tomar nuestra cruz.

Porque pone la felicidad del hombre en manos del dinero y no en manos de Cristo.

Porque predica más las añadiduras del Reino que el Reino, y se atreve a decir que esas añadiduras son el Reino. (En esa falso evangelio no se predica lo que en verdad es el Reino de Dios)

Porque si Jesús hubiese predicado ese evangelio, jamás lo hubieran crucificado.

Porque la prosperidad terrenal es lo que le promete Satanás a quienes lo adoren.

Porque Jesús vale más que todo lo que este mundo nos pueda dar y todo lo que la muerte nos pueda quitar.

Porque cuando tenemos a Jesús, las cosas que no tenemos no las necesitamos.

Porque de nada sirve tener el mundo entero si no tenemos a Cristo.

Porque si Dios me ha dado a Su hijo, ¿Cómo no va a darme con él todo por añadidura?

Porque Dios no quiere que lo veamos como un jefe con el cual hacer negocios. Él es nuestro Padre y quiere que le pidamos como hijos.

Porque Dios le da las mejores cosas a quienes lo dejan escoger a Él.

Porque los planes de Dios son mejores que los nuestros.

Porque Dios aborrece ese falso evangelio.

Porque cada día amo más a Dios gracias a Él.

“Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.” (Proverbios 30:7-9, RV60)

“Dios hará vivir en paz a quienes le son fieles y confían en él.” (Isaías 26:3, TLA)

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.” (Mateo 19:23, RV60)

“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” (Lucas 12:15, RV60)

“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6:6:10, RV60)

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.” (Hebreo 13:5-6, RV60)

Y tú, ¿por qué odias el evangelio de la prosperidad?

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