Atributos parte 17 La omnipresencia de Dios – parte 3


Atributos parte 17 La omnipresencia de Dios – parte 3

Autor:Paulo Arieu

Dios y el tiempo

(… ) es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra (…)

Dios es omnipresente,esto es lo que estoy procurando explicar. El está en todos lados.

Pero cual es su relación con el tiempo?

Hay un tiempo para cada aspecto de la existencia humana.Sin duda debe ser por esto que el filósofo Willian James afirmó que ‘la más grande utilidad de nuestra vida es emplearla en algo que dure más que ella.’ El tambien dijo que

‘la vida merece, por sí misma, ser vivida’[1]

  • Aprovechando bien el tiempo”, nos dice el apostol san Pablo en Efesios 5:16.

Pero ¿qué es el tiempo ?

No se sabe si esta cuestión tiene una respuesta significativa. Muchos cosmólogos creen que es parecido a preguntar cuántos ángeles pueden bailar en la cabeza de un alfiler. Parece una pregunta sensata, pero de hecho es posible que carezca por completo de fundamento físico.

Sin embargo, En el Principio era el Verbo” (Jn. 1:1-3),dice la Biblia.

  • En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas” (Jn. 1:1-3).Dios el verbo de Dios es anterior al tiempo.

La teoría general de la relatividad de Einstein, nuestra principal teoría del funcionamiento de la gravedad, nos dice que en términos cosmológicos los conceptos del tiempo y del espacio no existen con anterioridad al Big Bang.El Big Bang está considerado como el acontecimiento límite que creó el espacio, el tiempo, la materia, la energía y la gravedad.No se puede preguntar lo que ocurrió antes del Big Bang, puesto que dicho estado no está referido al espacio ni al tiempo, y adolece de la carencia de los conceptos de «antes» y de «lugar».Se trata de un tema serio, y no de un juego semántico de la rayuela jugado por los físicos y los astrónomos.Solo sabemos que antes que creara el tiempo, El ya existia.

Dios es un ser atemporal, el tiempo es creación de Dios. Dios creó el tiempo, pero el tiempo no es Dios. Es un aspecto de la creación de Dios. Tuvo un principio (Gn 1:1) y tendrá seguramente un fin, como todas las cosas de esta vida (Ap. 21:1).Y Dios ya estaba presente en todas partes de lo que haya existido antes de la existencia de la creación. El Señor Jesucristo Dios, Él existe de eternidad a eternidad. Esto recalca la deidad de Cristo,y esta debe estar inseparablemente relacionada con la doctrina de la humanidad del Hijo de Dios, realizada a través de la encarnación.

Lo que hemos aprendido repetidas veces es que la forma según la cual funciona la naturaleza no tiene nada que ver con lo que nos dicta con frecuencia nuestra intuición. La vida se compone de tiempo y de momentos. El tiempo nuestro es un bien, que se puede invertir o gastar. Pero no puede guardarse; debe ser empleado.La Traducción de Reina – Valera, traduce 605 palabras de los manuscritos originales como ‘tiempo’.

Fijémosnos cuan importante es este concepto en la biblia.Y también en nuestro folklore latinoamericano, Pablo Milanés cantaba con un poco de nostalgia que

‘el tiempo pasa,[y] nos vamos viniendo viejos…’[2]

Cuando hablamos de ” tiempo” en griego encontramos dos palabras: Cronos y Kairos. El tiempo secuencial y cronológico deriva de chronos. Este es el tiempo humano, vital,el tiempo del hombre. El tiempo de Dios es Kairos y significa momento oportuno. Es el Tiempo de Dios para alguna respuesta a nuestras oraciones, decimos por ejemplo.

El tiene un tiempo para cada cosa. Jesucristo era consciente de que había un calendario divino que controlaba los hechos de su vida (Jn 7:6; 12:23,27; 13:1; 17:1 RV 1960).

  • El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio.” Eclesiastés 8:5 RVR1960

  • En Sus manos están mis tiempos”. Salmo 31:15 RVR1960

Dice eclesiastés que todo tiene su tiempo bajo el sol,en esta vida. (Ecl.  3:1-8 RV 1960)

Comenta C.S. Lewis algo que le sucedió y que el luego descubrió que muchas personas piensan lo mismo. Un hombre le comentó que el podía creer en Dios, pero

«(…) lo que no puedo creerme es la idea de Dios escuchando a cientos de millones de seres humanos que se dirigen a Él en el mismo momento.»[3]

La mayoría de nosotros podemos imaginar a Dios atendiendo a cualquier número de suplicantes sólo con que acudieran a Él uno por uno, y Dios tuviera un tiempo infinito para escucharlos. De modo que lo que está realmente detrás de esta dificultad es la idea de Dios teniendo que atender demasiadas cosas en un momento de tiempo. Claro que eso es exactamente lo que nos pasa a nosotros. Nuestra vida nos llega de momento a momento. Un momento desaparece antes de que llegue el siguiente, y en cada uno de ellos hay lugar para muy poco. Es así como es el tiempo. Y, naturalmente,vosotros y yo tendemos a dar por sentado que esta serie del tiempo —este arreglo del pasado, del presente y el futuro— no es simplemente el modo en que la vida viene a nosotros, sino el modo en que todas las cosas existen realmente. Tendemos a asumir que todo el universo y Dios mismo están siempre moviéndose del pasado hacia el futuro del mismo modo que lo hacemos nosotros. Pero muchos hombres sabios están en desacuerdo con eso. Fueron los teólogos los que iniciaron la idea de que algunas cosas no están en el tiempo en absoluto; más tarde los filósofos la adoptaron y ahora algunos de los científicos están haciendo lo mismo.[4]

C.S. Lewis opina que “Casi con toda certeza Dios no está en el tiempo[5] Sin duda creo que se equivoca en su razonamiento, ya que si Dios no estuviera en el tiempo, habría al menos un lugar en donde Dios no estaría y entonces Dios no sería omnpresente.

Como expliqué en el artículo anterior, Dios no es todo-presente en el sentido de existir dentro o en todas las cosas creadas, visibles y no visibles, Dios no está en las mentes, emociones, plantas, vida, materia inanimada y/o diferentes elementos.

Su omnipresencia significa que no está enmarcado por restricciones de ninguna clase y puede realizar un número infinito de cosas sin limitaciones de ningún tipo. Por motivo de su naturaleza eterna y existencia infinita, Dios es inmensurable en conocimiento, sabiduría, santidad y bondad.

Es por ello que cuando alguien se acerca al tema de su omnipresencia debe asegurarse de que sabe de lo que está hablando, de lo contrario puede caer en las ideas superfluas y absurdas.

Esto se comprende mejor cuando estudiamos otro de los atributos de Dios, Su transcendencia. Esto significa que Dios es enteramente distinto, diferente, y en cierto sentido separado de su creación, así como el carpintero es diferente de la mesa que construyó. Por cierto que no todos los temas de la biblia son igualmente de claros al mismo tienpo en cada pasaje de la biblia, ni se entienden con la misma facilidad por todos. Muchas veces un argumento sobresale por encima del otro en otro pasaje.

La Confesión de Fe de Westminster (1:7) según la ortodoxia Reformada, que mantiene la perspicuidad o claridad de la Escritura lo afirma de la siguiente manera:

Las cosas contenidas en las Escrituras, no todas son igualmente claras ni se entienden con la misma facilidad por todos; sin embargo, las cosas que necesariamente deben saberse, creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y declaran en uno u otro lugar de las Escrituras, de tal manera que no solo los eruditos, sino aún los que no lo son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido uso de los medios ordinarios.

No todas las cosas en la Escritura son igualmente claras para todas las personas, dice la Confesión, pero ella nunca afirma que sea vaga, imprecisa o confusa.  Ella dice que diferentes lectores serán confundidos por algunas cosas que otros lectores encontrarán claras. El problema es con nuestro entendimiento, no con la Escritura.

La ambigüedad en la teología, no algo que deba ser aplaudido. La obscuridad no es una virtud. Dios no es autor de la confusión (1 Cor. 14:33). Él no nos habla por declaraciones vagas, ilógicas o paradójicas, como algunos afirman. Él se revela a sí mismo en declaraciones racionales y proposicionales que pueden ser entendidas. La Biblia es una revelación divina que Dios nos manda entender. Obviamente, si ella no puede ser entendida, entonces no es revelación. Pero el salmista David escribió: “El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.” (Sal. 19:8). Juan dice: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero” (1 Jn 5:20).

El salmista sabe más que sus maestros, que los ancianos, porque él conoce la Palabra de Dios (Sal. 119:99-100). El Dios Triuno de la Escritura es un Dios de verdad: El Padre (Sal. 31:5); el Hijo (Jn. 14:6); y el Espíritu Santo (1 Jn. 5:6). La Biblia se refiere a Cristo como la lógica, la sabiduría, y la razón encarnada (Jn. 1:1; 1 Co. 1:24, 30; Col. 2:3).

La lógica es la manera en la cual Dios piensa, y las leyes de la lógica son principios eternos. Ya que el hombre lleva la imagen de Dios, esas leyes son parte del hombre. Debe haber, entonces, un punto de contacto entre la lógica (conocimiento) de Dios y la del hombre.

Ciertamente Dios es amor, pero debemos preguntarnos, cuál es el mayor objeto de Su amor?

El dr. Eduardo Flores explica que “Cuando Dios habló a Israel a través del profeta Ezequiel acerca de la futura redención, les dijo:

No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.”

Y luego continúa explicando que:

De un pasaje como este podríamos concluir que todo lo que Dios hace, inclusive la salvación de Su pueblo, es por causa del amor que tiene por Sí mismo. Dios ama lo que es perfecto; ama lo que es justo; ama lo que es santo; ama lo que es bello; ama lo que es glorioso; por lo tanto su amor está dirigido primariamente hacia Él. Todo lo que Él hace lo hace por amor a Sí mismo, para engrandecer Su nombre y para manifestar Su infinita Gloria! Porqué? Porque Él es lo más perfecto y bello y por lo tanto el mayor fin que puede tener Dios es manifestarse a Sí mismo y Su gloria.Es por esto que la Biblia enfatiza tanto la santidad de Dios. Cuando decimos que Dios es santo estamos diciendo que Él está totalmente separado de Su creación. Él es único! No hay nada en el universo como Él. No hay nadie infinitamente perfecto, ni infinitamente santo, ni infinitamente justo, ni infinitamente amoroso, etc. Cómo Él no hay nada ni nadie! Dios es Santo!” [6]

La vida no consta de momentos que se suceden unos a otros,explica C.S.Lewis. Si un millón de personas le están orando a las diez y media de esta noche, Él no necesita escucharlas a todas en ese preciso y mínimo espacio de tiempo que nosotros llamamos las diez y media. Las diez y media —y todos los demás momentos desde el principio del mundo— es siempre el presente para Él.

Lewis ilustra este concepto con un ejemplo un poco dramático,pero seguramente servirá.

Si preferimos verlo de esta manera, Dios tiene la eternidad para escuchar el pequeño fragmento de oración que le ofrece el piloto al tiempo que su avión cae envuelto en llamas. [7]

Otra dificultad que plantea inteligentemente Lewis es que pasa si pensamos que Dios está en el tiempo. Pero si Él sabe lo que yo voy a hacer mañana, pregunta Lewis,¿cómo puedo ser yo libre de hacerlo? Pues seguramente, todos los cristianos creemos que Él sabe lo que ustedes o yo haremos el dia de mañana.

Responde Lewis, vemos que “la dificultad viene de pensar que Dios progresa a lo largo de la línea del tiempo como nosotros, siendo la única diferencia que Él puede ver el futuro y nosotros no. Pues si eso fuera verdad, si Dios previera nuestros actos, sería muy difícil comprender cómo podríamos ser libres de no hacerlos. Pero supongamos que Dios está fuera y por encima de la línea del tiempo. En ese caso, lo que nosotros llamamos «mañana» es visible para Él del mismo modo que aquello que nosotros llamamos «hoy». Todos los días son «ahora» para Él. “ [8]

Y “Él no recuerda que hicierais nada ayer; sencillamente os ve hacerlo, porque, aunque vosotros hayáis perdido el ayer, Él no. Él no os «prevé» haciendo cosas mañana; sencillamente os ve hacerlas, porque, aunque mañana aún no ha llegado para vosotros, para Él sí. Nunca suponéis que vuestras acciones en este momento serían menos libres porque Dios ve lo que estáis haciendo. Pues bien; Él ve vuestras acciones de mañana del mismo modo, porque Él ya está en el mañana, sencillamente mirándonos. En un sentido, Él no ve vuestra acción hasta que la habéis hecho; pero claro, el momento en que la habéis hecho es ya el «ahora» para Él. “[9]

Notas:

[1] http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/james.htm

[2] El texto completo de la canción.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos,
el amor no lo reflejo, como ayer,
en cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.
Pasan los años,
y como cambia, lo que yo siento,
lo que ayer era amor,
se va volviendo otro sentimiento.
Porque años atrás,
tomar tu mano,
robarte un beso,
sin forzar un momento,
formaban parte de una verdad.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos,
el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de temor,
vamos viviendo,
viendo las horas, que van muriendo,
las viejas discusiones, se van perdiendo
entre las razones.
A todo dices que sí,
a nada digo que no,
para poder construir,
la tremenda armonía,
que pone viejos, los corazones.
El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos,
el amor no lo reflejo, como ayer,
en cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón. (Pablo Milanes)

[3] C.S.Lewis, Mero Cristianismo,pag. 178 ed.Rayo – Una rama de Harper Collins Publishers

[4] ibid pag 179

[5] C.S.Lewis, Mero Cristianismo op. Cit pag. 170

[6] http://sujetosalaroca.org/2010/08/14/es-problematico-el-calvinismo/

[7] C.S.Lewis, Mero Cristianismo op. Cit pag. 170

[8] ibid

[9] ibid